El trabajo independiente puede ser atractivo para algunos trabajadores que no quieren tener una relación laboral con una empresa, sin embargo, también les representará un desafío en la vejez, en caso de no haber planeado un fondo para el retiro, algo que además repercutirá en las finanzas públicas.

En junio había 9.9 millones de trabajadores independientes, frente a los 8.6 millones mayo y 12 millones de mayo, de acuerdo con cifras de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) de INEGI.

La modalidad del trabajo independiente facilita que las empresas puedan contratar a las personas para ciertas tareas sin una relación laboral, lo que a su vez da flexibilidad a los trabajadores, pero también implica el fin de las protecciones sociales de un contrato asalariado, como el acceso a una pensión.

Los sistemas de salud y pensiones están diseñados para trabajadores con un empleo asalariado, en un horario concreto y trabajando para un solo empleador, dice el Banco Interamericano del Desarrollo en el documento ‘El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe, ¿una gran oportunidad para la región?’.

Para los trabajadores que tienen una relación subordinada con su empleador, la situación ya es complicada aun con el acceso a la seguridad social.

Sin una reforma a la Ley del IMSS de 1997, 76% de la Generación Afore no tendrá acceso a una pensión, debido a que no cumplirán con los requisitos de las 1,200 semanas cotizadas y un ahorro de por arriba de los 700,000 pesos en su Afore.

El SAT tenía registrados en el régimen de actividades empresariales y profesionales a 3.58 millones de contribuyentes en junio –que contempla tanto a pequeños negocios como a trabajadores independientes–, esto sin contar a quienes cotizan en el régimen de ingresos asimilados a salarios que está englobado con los trabajadores asalariados.

Este último régimen es para contribuyentes que prestan sus servicios profesionales a empresas o a otra persona física, de manera esporádica o temporal, reciben un pago y solo están obligados a pagar el ISR.

Mientras que último Censo Económico de Inegi identificó a 560,000 trabajadores que cobraban por honorarios.

En este escenario, algunas empresas implementan malas prácticas laborales y de outsourcing, lo cual afecta las prestaciones sociales de las personas.

Por un lado hay quienes dicen, ‘yo me autoempleo’, pero por otro hay empresas que les dicen, ‘yo te contrato, pero la única posibilidad es que me cobres por honorarios’. No es que quieran (los trabajadores), sino que no les queda de otra, y la empresa se ahorra la carga social

dijo en entrevista Héctor Márquez, director de relaciones institucionales de MapowerGroup.

El directivo comentó que con esto las empresas se ahorran cargas sociales que van alcanzan hasta 35% del salario del empleado.

Mientras tanto, en los próximos 30 años una persona nacida en México después de 1985 tiene 41.1% de probabilidades de vivir en condiciones de pobreza como adulto mayor, de acuerdo con un estudio de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) publicado en 2018.

Lo anterior puede quedar corto con las secuelas que dejará la crisis económica generada por la pandemia. Las estimaciones más conservadoras arrojan que el COVID-19 dejará a por lo menos 9 millones de mexicanos en condiciones de pobreza.

Por ello, las finanzas públicas del Estado también se verán presionadas si un mayor número de mexicanos requerirá asistencia social en su vejez.

El gasto en pensiones y jubilaciones se aceleró 7.1% anual en términos reales durante el primer semestre de 2020. El rubro  sumó 471,643 millones de pesos, frente a los 427,335 millones del primer semestre de 2019, de acuerdo con datos de Hacienda.

Este gasto sigue acelerándose, e incluso fue mayor al de inversión física, que sumó 326,076 millones de pesos, al crecer 16% en el mismo lapso.

Recientemente el Ejecutivo presentó algunos puntos que contemplará su iniciativa para la reforma de pensiones, en particular para las Afores, pero lo que hasta ahora ha presentado no contempla a los trabajadores independientes.

El gran problema que tenemos es que no solo hay millones en la informalidad, sino los disimulados en la formalidad, muchas personas a las que las han llevado a esquemas de pago por honorarios, por cooperativas, sindicatos, asimilados a salarios, derechos de autor, hay muchas modalidades para pagarles y evadir impuestos

comentó Héctor Márquez.

De acuerdo con Márquez con la reapertura de la economía ya hay por lo menos 40,000 vacantes publicadas de forma digital para poder laborar en el sector formal.