La pandemia de COVID-19 no solo ha traído cifras récord de desempleo, también ha llevado a reconfigurar la operación de decenas de empresas, que han implementado el trabajo desde casa, aunque esta facilidad también puede llevar al recorte de más puestos de empleo.
Entre marzo y junio se perdieron 1.1 millones de puestos de trabajo tan solo en el sector formal, debido a las medidas de confinamiento que se han tenido que implementar para desacelerar el ritmo de contagios del coronavirus. Por lo que algunas empresas optaron por el trabajo remoto para continuar con sus operaciones.
En este escenario, algunos empleadores han comenzado a darse cuenta de las ventajas que representa el teletrabajo, también llamado home office, e incluso a notar probables ineficiencias con las que operaban anteriormente.
La aparición de tecnologías que ayudan a que el trabajo sea más eficiente va a impactar en el número de trabajadores que puedan estar dentro de una organización. Al aumentar la productividad o al aprovecharse mejor estos tiempos, las empresas empezaron a darse cuenta que se pueden rebalancear los puestos, incluso en algunos países de la región (América Latina) se están fortaleciendo esquemas de trabajo parcial
dijo Blanya Correal, especialista en estrategia organizacional y relaciones laborales en América Latina.
Comentó que, además algunas empresas ya piensan en medidos tiempos porque se dieron cuenta de que no se necesitan a un trabajador de tiempo completo para atender una actividad. “Yo pienso que este va a ser un desafío pospandemia, donde vamos seguramente a identificar este tema”.
De acuerdo con la encuesta de junio de PWC entre directivos de finanzas en México, 67% de ellos considera que el trabajo remoto podría convertirse en una opción permanente para los roles que así lo permitan.
“Antes del COVID, el trabajo remoto era un beneficio y ahora es esencial, es completamente otra circunstancia, todas las empresas tienen que crear un ecosistema para esta modalidad”, dijo Courteny McColgan, fundadora y CEO de la firma Runa.
Aunque en México, tan solo entre 20 y 23% de los ocupados puede llevar a cabo sus actividades desde casa, de acuerdo con la investigación de Luis Monroy-Gómez-Franco ‘¿Quién puede trabajar desde casa? Evidencia desde México’, publicada por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
La investigación indica que la mayoría de estas ocupaciones se encuentra concentrada en la cola derecha de la distribución de ingreso, es decir, entre las y los trabajadores de mayores ingresos.
Adicionalmente, en promedio, en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 87% de los hogares tienen acceso a internet en sus hogares, pero la proporción es menos de la mitad en Colombia y México. Y mientras que casi 81% de los hogares en la OCDE tiene acceso a una computadora en casa, esta proporción baja a menos de 50% en Colombia, México y Turquía.
De acuerdo con Blanya Correal, las actividades que más pueden resentir un ajuste en el número de empleos son trabajos de tipo más administrativo como el de análisis, captura, procesamiento de datos, así como diseño y conceptualización, y el de atención al cliente, como es el caso de los representantes médicos, en el que algunos laboratorios ya han optado por las citas online con las y los médicos.
La regulación
En América Latina varios países, incluido México, han iniciado procesos legislativos para regular el teletrabajo y dejar las reglas claras tanto para patrones como trabajadores.
En México, el Senado aprobó el dictamen por el que se reforma el artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo, aunque por el momento sigue en la Cámara de Diputados, que, en su caso, deberá aprobarlo y enviarlo al Ejecutivo.
El dictamen indica que en su caso, el empleador debe otorgar al teletrabajador los equipos y programas necesarios, así como establecer las medidas de productividad y de seguridad informática que debe conocer y cumplir el trabajador, y demás disposiciones que establezcan las obligaciones, las derechos y las responsabilidades que deben asumir las partes.
Además, el empleador debe promover el equilibrio de la relación laboral de los teletrabajadores a fin de que gocen de un trabajo decente y de igualdad de trato en cuanto a remuneración, capacitación, formación, seguridad social, acceso a mejores oportunidades laborales.
En Chile por ejemplo, el año pasado se aprobó la ley que establece el derecho a la desconexión digital que da al trabajador el derecho a no responder mensajes fuera del horario de trabajo.
Dado que no hay regulación en México, la idea es establecer protocolos internos que regulen la jornada o al menos los entregables, porque la gente ha estado casi 24/7 en algunas empresas en que la política que se está asumiendo es el derecho a la desconexión, donde los empleados tienen una jornada definida y fuera de esa jornada, el empleador no puede tener ningún tipo de contacto
dijo Correal.