Las conversaciones para resolver una disputa entre Estados Unidos y México sobre políticas energéticas del país y bajo los estándares del T-MEC, se extenderán más allá de un periodo de consulta inicial, mientras las partes dirimen sus diferencias, según tres funcionarios familiarizados con el asunto.
La oficina de la Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) solicitó las consultas en julio pasado, alegando que las políticas energéticas del presidente Andrés Manuel López Obrador discriminaban a las empresas estadounidenses y violaban un pacto comercial norteamericano.
Según el acuerdo comercial entre las tres naciones, si una queja de este tipo no se resuelve en 75 días de consultas, se puede solicitar un panel de disputas para revisar los reclamos, lo que podría exponer a México al riesgo de aranceles comerciales en represalia.
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Aún buscan evitar arbitraje
Tres funcionarios –de los gobiernos de ambos lados de la disputa– revelaron que los progresos realizados para limar asperezas suponen que las conversaciones seguirán adelante más allá del 3 de octubre, fecha en que expiran los 75 días.
Los funcionarios hablaron a Reuters bajo condición de anonimato debido a lo delicado del asunto.
En mi opinión, el gobierno mexicano ha buscado atender las solicitudes del gobierno de Estados Unidos y Canadá con miras hacia una solución que evite llegar a un arbitraje internacional
dijo Francisco de Rosenzweig, un exfuncionario comercial mexicano de alto nivel.
Ni la Secretaría de Economía de México ni el USTR respondieron inmediatamente a solicitudes de comentarios.
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Varias quejas en materia energética
En el centro de la queja de Estados Unidos, a la que se sumó Canadá, se encuentran: los retrasos en el otorgamiento de permisos, una ley eléctrica mexicana que da prioridad a las empresas estatales sobre las privadas y otras normas que los inversionistas consideran que les perjudican, según fuentes del sector.
En las últimas semanas, las tensiones se han visto aliviadas por las decisiones de tribunales mexicanos, que han suspendido algunas normas que han resultado controvertidas.
Además, hay indicios de que los organismos reguladores mexicanos han empezado a tomar acciones respecto a los permisos, según fuentes del sector y funcionarios.
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Aumenta presión para México
De cara a las elecciones intermedias en Estados Unidos en noviembre, y ante la preocupación por la inflación y la probabilidad de que México pierda el arbitraje, ninguna de las partes quiere agravar el conflicto comercial ahora, según las fuentes.
Aun así, una fuente mexicana dijo que los funcionarios estadounidenses habían advertido que, si no se producían avances sustanciales en los próximas semanas, la presión sobre México podría aumentar de nuevo.
Rosanety Barrios, exfuncionaria mexicana de energía, dijo que aunque los reguladores mexicanos intentaban dar la impresión de ser más flexibles, muchas cuestiones siguen sin resolverse.
En su opinión parecía que, en lugar de llegar a una resolución definitiva de la disputa, las dos partes podrían estar “pateando el bote hasta la siguiente administración” mexicana, añadió.
Con información de Reuters
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