Si bien el Producto Interno Bruto (PIB) creció al inicio de 2025, evitando una recesión técnica, la caída de las actividades terciarias, que representan alrededor de dos terceras partes de la economía total, “aviva” el riesgo de que este escenario se podría materializar.
La estimación oportuna del PIB, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reveló un crecimiento de 0.16% a tasa trimestral en los primeros tres meses del año en curso, tras una caída previa de 0.63%.
Este resultado derivó del rebote de las actividades primarias, pues pasó de una contracción de 8.46% al cierre de 2024 a un incremento de 8.09% en el primer trimestre de 2025.
El riesgo de recesión no ha desaparecido. A pesar de que el PIB registró un crecimiento trimestral al comienzo del año, evitando una ´recesión técnica´, se debió al rebote de las actividades primarias que representan solamente 3.4% del PIB y tiende a ser volátil
expone Banco Base.

Las contracciones el PIB
En cambio, las actividades secundarias, que se componen del aparato industrial del país y representan 33.4% del PIB nacional, mostraron el mayor deterioro al inicio del año en curso.
Estas actividades disminuyeron 0.26% a tasa trimestral, siendo el segundo retroceso consecutivo; además, están en riesgo debido a los ajustes al comercio internacional que se observarán en los próximos meses por la política arancelaria de Estados Unidos.
Sin embargo, la mayor preocupación corresponde a la reducción que sufrieron las actividades terciarias, ya que son el elemento más importante de la economía mexicana al contribuir con 63.3% del PIB.
Al inicio de 2025, estas actividades, que definen el comportamiento del consumo de los hogares a través del comercio y los servicios, descendieron 0.02%, la primera caída en los últimos 14 trimestres; esto está correlacionado con el deterioro del mercado laboral observado desde 2024, que podría agudizarse debido al entorno de incertidumbre para las empresas y los hogares en México.
La gran pregunta
Para Banco Base, la economía mexicana transita por un entorno cada vez más desafiante, marcado por la pérdida de dinamismo en sus principales motores internos y además por la intensificación de riesgos provenientes del exterior.
La pregunta de si México se dirige hacia una recesión ha cobrado mayor relevancia. No se trata únicamente de una discusión técnica sobre el criterio de “dos trimestres consecutivos de contracción”, sino de evaluar si el conjunto de variables que impulsan el crecimiento está simultáneamente entrando en una fase de debilidad
ahonda el grupo financiero.
Contracciones en el consumo privado, en la inversión fija bruta y en la actividad industrial, así como señales de debilitamiento en el mercado laboral, tanto en empleo formal como el total, “sugieren una economía que ya está en recesión o cerca de entrar en una”.
Sin adelantar conclusiones, Banco Base reconoce que las señales de alerta se han vuelto más frecuentes, más consistentes y difíciles de ignorar. Además, no debe olvidarse, indica, que este análisis parte de que en el cuarto trimestre del 2024 se registró una caída de 0.6% en el PIB.
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