Las regiones de Estados Unidos que terminaron los programas de subsidios a quienes perdieron su trabajo, implementados durante la pandemia, registraron una caída en la tasa de desempleo, pero también en ingresos y gastos, según un estudio publicado el viernes.

Los apoyos surgieron con la ley “CARES” aprobada en marzo de 2020 bajo la administración de Donald Trump, cuando la economía recibió el impacto del coronavirus y fueron prolongados varias veces.

Excepcionalmente generosos en un país sin una gran red de seguridad social, los subsidios aumentaron sensiblemente el monto de las partidas por desempleo semanales ya existentes, además, se extendieron a trabajadores independientes y a los desempleados de larga duración.

Sin embargo, en los últimos meses se volvieron controversiales, en particular entre demócratas y republicanos. El gobierno  considera que son vitales para las familias en dificultades, mientras la oposición los considera un aliciente para no trabajar.

En total, 26 estados anunciaron recortes anticipados de toda o parte de la ayuda. A nivel nacional el mecanismo vencerá el 6 de septiembre.

El presidente Joe Biden dijo el jueves que no impulsará una ampliación de estos beneficios, pero urgió a los estados más afectados por la pandemia compensar la brecha una vez que lleguen a su fin destinando fondos federales para seguir ofreciendo apoyos a habitantes sin empleo.

En los estados en donde las prestaciones terminaron por anticipado, cerca de 25% de las personas entrevistadas recuperaron su puesto de trabajo para fines de julio, contra 22% en los estados que continuaron sus programas, de acuerdo con el estudio.

La encuesta, que consideró solo a trabajadores que recibían subsidios por no tener empleo, analizó datos de 18,648 personas en 22 estados que terminaron con los subsidios adicionales en junio.

La vuelta al mercado laboral no compensó la caída de ingresos y gastos resultante de la desaparición de las ayudas, según los investigadores de las universidades de Columbia, Harvard, Massachusetts Amherst y Toronto.

“La caída de ingresos estuvo acompañada por un descenso de los gastos de 145 dólares por semana (20%)”, señaló el estudio.

Con la inminente llegada a su fin de las  a nivel nacional, podría registrarse una caída de 8,000 millones de dólares del gasto en septiembre y octubre, añaden los autores de la encuesta. 

“Las caídas en los gastos deberían continuar pues otros trabajadores tardan en ingresar al mercado de trabajo”, mencionó el documento.

El plan de estímulo de 1.9 billones de dólares del presidente Joe Biden, adoptado en marzo pasado, destinó 350,000 millones de dólares a estados y gobiernos locales.

Con información de AFP