El proceso de impeachment contra Donald Trump ha motivado al partido demócrata a redoblar esfuerzos para aprobar el T-MEC antes de las elecciones del próximo año, con el objetivo de “llevar algo a sus constituyentes”, según reportes de Axios, que lo señala como “una de las (legislaturas) con más probabilidad de resolverse este año”.
Creo que esta postura de que incluso se puede resolver antes de acción de gracias tiene mucho de deseo. Es cierto que hay cierta grieta de oportunidad, pero también dependerá de que los demócratas puedan pasar ciertos cambios en línea con temas de su agenda como salarios o temas ambientales para que puedan ser ellos quienes se cuelguen la medalla
Roberto Hernández, Internacionalista, UNAM
Hoy el Presidente López Obrador se reunirá con el presidente del Comité de Medios y Arbitrios de Estados Unidos, Richard Neal, y con otros legisladores del grupo de trabajo del T-MEC, para discutir detalles del acuerdo.
Para Hernández, una de las preocupaciones principales será la capacidad de negociación del Gobierno mexicano para obtener algo a cambio, pues “hasta ahora hemos sido parte incondicional”.
En el contexto de una elección que se verá manchada por el proceso en contra del presidente, el partido demócrata no sabe a ciencia cierta si esto mejorará o empeorará sus probabilidades de adquirir el control de ambas casas, por lo que Nancy Pelosi, líder del partido en la cámara baja, se ha comprometido a pasar varias iniciativas de ley para mejorar sus opciones. Entre estas, el T-MEC sería la más urgente y realista, según fuentes.
En caso de que los demócratas fallen, el partido republicano podría acusarlos de bloquear al gobierno mediante el proceso de impeachment. Durante el proceso que enfrentó Bill Clinton, su jefe de estado mayor, John D. Podesta, vio la disciplina y la eficiencia como una forma de elevar sus niveles de aprobación y combatir el mal momento político.
“Aprobar el TMEC traería 176,000 empleos y 68,000 millones de dólares. Esto debería ser una fácil victoria bipartita. #PónganseATrabajar”, publicó Nikki Haley.
Passing the USMCA would bring in 176,000 jobs and $68 billion. It should be an easy bipartisan victory. #GetToWorkhttps://t.co/3M1QOceC7T
— Nikki Haley (@NikkiHaley) October 1, 2019
El gobierno de Donald Trump ya se enfrenta a niveles de aprobación históricamente bajos y un 44% de aprobación para el proceso en su contra, por lo que no tiene mucho que perder. Si el gobierno se vuelve especialmente inefectivo, Trump continuará sus maniobras políticas y de propaganda para convertir esta inacción en un lastre para el partido de oposición, al que ya ha empezado a llamar “los demócratas hacen-nada”.
Esta estrategia ya fue utilizada por Trump durante el paro del gobierno federal en diciembre de 2018. A pesar de las posibles implicaciones en la percepción popular, el congresista por California, Jimmy Gomez, dijo a Axios que el proceso de impeachment no necesariamente se trata de algo negativo.
A veces una buena crisis crea más oportunidad, y yo creo que tenemos la oportunidad de movernos tan rápido como sea posible para negociar los cambios que serán necesarios para conseguir la aprobación
Jimmy Gomez, congresista por California y miembro del equipo de trabajo del T-MEC
El 2 de octubre, el presidente López Obrador se mostró confiado en que el tratado sería aprobado independientemente de la confrontación política y dijo tener información de que los miembros de ambos partidos estadounidenses veían con buenos ojos dicha aprobación.
Si el T-MEC no es aprobado este mismo año, las relaciones de los tres países de Norteamérica seguirán siendo regidas por el TLCAN, aunque éste último podría ser cancelado en cualquier momento mediante una acción ejecutiva del presidente estadounidense.