La fortaleza del peso frente al dólar y la aún elevada inflación provocaron que el poder de compra de las remesas registrara en julio pasado su mayor caída en más de una década.
De acuerdo con datos desestacionalizados de Banco de México (Banxico), las remesas ascendieron a 5,354 millones de dólares durante el séptimo mes del 2023, que significó un aumento de 6.2% anual, el menor incremento en los últimos ocho meses.
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Mientras a tasa mensual, se observó un alza de 1.51%, el mejor resultado en siete meses.
No obstante, al convertir el monto de 5,354 millones de dólares a moneda nacional, con un tipo de cambio FIX, esta fuente de ingresos del exterior fue de 90,506 millones de pesos, 12.6% menos respecto a igual periodo del 2022.
Dicha baja, que fue la más pronunciada en los últimos 122 meses, fue producto de la fortaleza del peso, que en julio alcanzó una apreciación anual de 17.7% al colocarse en 16.90 pesos por billete estadounidense.
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Fuera del objetivo
Además, si se considera los elevados niveles de inflación (4.79% anual en julio, fuera del rango de Banxico de 2-4%), la disminución del poder adquisitivo de las remesas, que es un pilar en el consumo de las familias del país, es más profunda.
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Según el Índice Nacional de Precios al Consumidor del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el séptimo mes del presente año las remesas registraron una contracción de 16.6% a tasa anual, hilando 10 meses con caídas y el mayor desplome desde mayo del 2013 (22.0%).
Lo anterior manifiesta que para los receptores de remesas, el poder adquisitivo que proporciona se ve impactado por la fortaleza de la moneda nacional frente al dólar (menos pesos por cada billete verde), así como por la todavía alta inflación.
Potencial limitado
Para Monex, el desempeño de las remesas seguirá siendo una fuente de impulso para la economía local, especialmente para el consumo básico, pero su potencial es cada vez más limitado incluso sin considerar los efectos cambiaros.
Las remesas han sido clave para el éxito de nuestro consumo doméstico y para la trayectoria del peso mexicano. Su desempeño en 2023 sigue siendo sólido en comparación con otros indicadores de la economía mexicana, pero cada vez es más evidente que las condiciones que rigen su comportamiento han cambiado respecto a lo visto en años previos
señala el grupo financiero.
Prevé que esta inercia se acentuará en el futuro a partir de una mayor debilidad de la economía estadounidense y del endurecimiento de las políticas migratorias.