La paralización económica que ha traído la pandemia de coronavirus generó un incremento acelerado en el desempleo y con esto, la pobreza laboral también ha incrementado, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La pobreza laboral se refiere a la población cuyos ingresos laborales son insuficientes para adquirir la canasta alimentaria.
El porcentaje de personas en pobreza laboral calculada a partir de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) de INEGI, en abril y mayo de este año fue de 53.1 y 54.9%, respectivamente.
Según datos de la ETOE, en mayo el intervalo de confianza estimado señala que este indicador podría encontrarse entre 50.9 y 58.8% para dicho mes. El resultado es acorde a la reducción del empleo y la caída en la actividad económica observadas en este periodo, mismas que afectaron las fuentes del ingreso laboral de los hogares.
Ingreso laboral cae 6.2%
Los datos también muestran que el ingreso laboral se redujo 6.2%, al pasar de 1,516.93 en abril, a 1,422.24 en mayo.
El Coneval también indica que la masa salarial, es decir, la suma total de las percepciones salariales de todas las personas ocupadas, previo a la contingencia sanitaria, había sido beneficiada por el aumento del ingreso laboral y alcanzó un máximo en el primer trimestre de este año en 218,346 millones de pesos.
Sin embargo, para mayo, estima que con la ETOE estaría alrededor de 163,220 millones, mientras que en abril fue de 176,597 millones ello implicaría una caída mensual de 7.6% para este periodo.
El Coneval llevó a cabo un seguimiento a los hogares encuestados mediante la ETOE en abril y mayo, y de acuerdo con esta información, 11.7% de las personas pasó de no estar en pobreza laboral a estar en pobreza laboral y 10.3% pasó de estar en pobreza laboral a no estarlo.
El seguimiento indica que entre las personas que dejaron de estar en pobreza laboral, 27.4% se emplearon en el sector informal y 7.6% en el sector formal.
Las afectaciones provocadas por la contingencia sanitaria por la COVID-19 ocurrieron en magnitudes desiguales tanto en el sector formal como en el informal. El empleo se redujo 13.7% en el sector formal y 27.2% en el informal, entre el primer trimestre con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y mayo (ETOE) de 2020.
En términos porcentuales, la mayor pérdida de empleos se concentra en los grupos de jóvenes y adultos mayores. Entre el primer trimestre (ENOE) y mayo 2020 (ETOE), el grupo de 15 a 29 años perdió aproximadamente el 25.0% de los empleos; en el grupo de 30 a 64 años, 18.9%; y, en el grupo de 65 y más, 30.2%.
Debido a la incertidumbre en cuanto al periodo necesario para la recuperación del mercado laboral, se hace un llamado para focalizar la atención en los grupos más vulnerables. Entre éstos se encuentran los hogares cuyos miembros dependen del trabajo informal o aquellos que se ocupan en los sectores más afectados por las medidas sanitarias para contener el contagio por COVID-19
dijo el Coneval en su reporte.