La pobreza en América Latina aumentó en 2020 a los niveles más altos en los últimos 12 años, alcanzando a un 33.7% de la población total de la región, debido a la crisis económica provocada por el COVID-19.

Pese a las medidas de protección social de emergencia adoptadas por los gobiernos de la región, la pobreza y la pobreza extrema alcanzaron en 2020 en América Latina niveles que no se han observado en los últimos 12 y 20 años, respectivamente, indicó un informe sobre el impacto social de la pandemia, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Según la Cepal, como consecuencia de la aguda crisis económica derivada del coronavirus, que provocó una caída de 7.7% del PIB en todo 2020 en América Latina, la pobreza alcanzó a 209 millones de personas, de las 654 millones que habitan en la región. 

En tanto, la pobreza extrema afectó a 78 millones de personas, ocho millones más que en 2019.

Con más de 20 millones de casos y sobre los 635,000 fallecimientos, América Latina es la segunda región con más defunciones por el coronavirus en el mundo, detrás de Europa.

Según los datos del organismo, con el 8.4% de la población mundial, América Latina registró el 27.8% de las muertes por el virus.

Además del bajo crecimiento y el aumento de la pobreza, la crisis ha puesto en evidencia crecientes tensiones sociales, las desigualdades estructurales de las sociedades latinoamericanas y los altos niveles de informalidad y desprotección social.

Asimismo, se han agudizado las brechas sociales, principalmente “la injusta división sexual del trabajo y organización social del cuidado, que atenta contra el pleno ejercicio de los derechos y la autonomía de las mujeres”, indica Cepal.

“La pandemia ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la región y, en la actualidad, se vive un momento de elevada incertidumbre en el que aún no están delineadas ni la forma ni la velocidad de la salida de la crisis”, indicó Alicia Bárcena, secretaria general de Cepal, en el informe.

Cepal insta a garantizar la protección social universal para garantizar el bienestar de la población, e implementar o continuar las transferencias de emergencia y avanzar en nuevos pactos sociales y fiscales.

En cuanto a educación, el informe señala que el cierre prolongado de las escuelas puede generar una crisis en el ámbito del aprendizaje y constituir una catástrofe generacional ayudando a profundizar la desigualdad, además de elevar el riesgo de abandono escolar.

A nivel laboral, los datos disponibles muestran que la crisis ha repercutido de manera desproporcionada en los trabajadores informales y las mujeres, mientras que hacia el futuro es posible que se reduzcan las oportunidades para personas mayores.

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También es probable que las desigualdades étnicas y raciales, así como las vinculadas al territorio, la discapacidad o la situación migratoria, se incrementen

señaló la Cepal

Con información de AFP y Reuters