Las exportaciones mexicanas y las remesas familiares jugarán un papel fundamental para sacar a la economía mexicana del hundimiento que reportó en 2020 como efecto de la pandemia del COVID-19. 

Ambos elementos se verán impulsados por los planes de rescate que estableció el gobierno de Estados Unidos por más de cuatro billones de dólares y que auguran a que la economía del país vecino tenga un repunte por arriba del 6%. 

Las exportaciones reflejarán el crecimiento de la producción industrial en Estados Unidos y el buen nivel de consumo, al cual se espera se acelere en los próximo meses y las remesas se elevarán por los apoyos que ha dado el gobierno

 

dijo Alejandro Saldaña, economista en jefe de Bx+.

Pese a la caída del 8.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020,  las exportaciones mexicanas cerraron con 43,163.4 millones de dólares, un crecimiento anual del 11.5%; mientras las remesas familiares reportaron un récord de 40,606.6 millones de dólares, un crecimiento anual del 11.4%. 

Los últimos datos de Banco de México muestran que en el primer bimestre del 2021, las remesas crecieron 20.9%, respecto del mismo periodo del 2010, con lo que entraron al país 6,471.4 millones de dólares. 

La Secretaría de Hacienda indicó que en 2020, el mayor dinamismo de la economía mexicana se presentó en el tercer trimestre con un avance de 12.4%, donde las contribuciones más notables fueron en el consumo privado, las exportaciones netas y la inversión privada.

Para este año, Hacienda estima que la economía mexicana crezca entre 4.3% y 6.3%, mientras que el Fondo Monetario Internacional proyecta un avance del 5% para México y de 6.4% para la economía estadounidense. 

Trump y Biden benefician a migrantes 

Durante los primeros meses del 2020, el gobierno de Donald Trump aprobó un primer plan de rescate por 2.2 billones de dólares, el cual incluía pagos de 1,200 dólares a las personas desempleadas,  la extensión de los seguros de desempleo y apoyos a las pequeñas empresas. 

Para este año, con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca se aprobó otro plan de reactivación por 1.9 billones de dólares, los cuales se destinaron para la compra de vacunas, para realizar pagos directos de 1,400 dólares a los desempleados y apoyos para las  empresas.

Entre ambos planes de rescate suman un total de 4.1 billones de pesos; además, está pendiente un paquete de infraestructura que representan alrededor de 2.2 billones de pesos, el cual busca impulsar la economía estadounidenses. 

Con dichos planes, los más de  11 millones de mexicanos que residen en Estados Unidos tuvieron la posibilidad de enviar dinero a sus familiares que viven en México, incluso, algunas personas percibieron mejores, respecto de lo que ganaban.

La recepción de estas remesas incrementaron el gasto de las familias, estos recursos pueden ayudar a mejorar la parte de consumo en los estados donde más se reciben remesas como Michoacán, Jalisco y Guanajuato

comentó Leticia Armenta, economista del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

 

Motores internos, con poco impacto al PIB

Si bien es positivo que los planes de rescate de Estados Unidos ayuden a la recuperación mexicana, desde la parte interna también se deberían mejorar los estímulos para impulsar la economía, indicó el economista en jefe de Bx+.

“La situación en México es preocupante porque los motores internos si bien han dado señales de mejoría, aún son rezagados en relación a lo que vemos en los motores externos”, expuso Saldaña. 

En México se requieren medidas de certidumbre que abonen a la recuperación económica, “estas medidas pueden ser desde un proceso eficiente de vacunación como medidas que brinden un mejor entorno para las inversiones”, precisó la Armenta. 

Conforme avance el programa de vacunación, se espera una mejora notable del mercado laboral que, aunado a un flujo de remesas resiliente seguirá apoyando el consumo privado de la población, expuso Hacienda. 

“Si bien, en 2020 la mayor parte del crecimiento del consumo provino de productos más que de servicios, en 2021 se espera que el consumo de servicios se recupere una vez que las restricciones oficiales o voluntarias vayan cediendo”.