La economía mexicana, medido a través del Producto Interno Bruto (PIB), inició el año con el pie izquierdo, consiguiendo su peor resultado desde el primer trimestre de 2021, periodo en el que aún se reflejó el impacto por la pandemia de COVID-19.
El PIB nacional creció 1.93% a tasa anual en los primeros tres meses de 2024, de acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La cifra reportada quedó por debajo tanto de las expectativas del mercado como de la estimación oportuna del Inegi, que preveían un incremento de 1.97%.
Además, el crecimiento del PIB representó el nivel más bajo en los últimos tres años, cuando se registró una caída de 1.64% al inicio de 2021 por los efectos de la crisis sanitaria.
PIB desagregado
Por actividades, las primarias ascendieron 0.66% anual en el primer trimestre del año, tras tres disminuciones consecutivas; las secundarias aumentaron 1.51%, el menor nivel en tres años, y las terciarias subieron 2.45%, superior al periodo previo.
Los escenarios fueron mixtos. En las primeras disminuyeron minería (2.72%), por la baja en la producción petrolera, y manufactura (0.58%), debido a la debilidad industrial en Estados Unidos.
Mientras la construcción creció 13.22%, hilando un año con tasas de doble dígito y cuyos detonadores fueron las obras federales y los proyectos de parques industriales por el nearshoring.
Por su parte, en las terciarias, que manifiestan el comportamiento del consumo, se contrajeron tres subsectores: servicios de apoyo a los negocios y manejo de desechos y servicios de remediación; servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas, y corporativos.
Al otro extremo, las mayores alzas se observaron en comercio al por mayor; información en medios masivos, y transportes, correos y almacenamiento. En total aumentaron 12 de 15 ramas terciarias, expresando la resiliencia del gasto de los hogares pese al repunte de la inflación y la aún elevada tasa de interés.
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