El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo 4.8% a tasa real ajustada anualizada durante el primer trimestre del año, tras crecer 2.1% en los últimos tres meses de 2019, debido al efecto de la pandemia del coronavirus en la economía, por arriba del 3.5% esperado por analistas.

El dato representó su primera contracción para un mismo periodo desde 2014, cuando la contracción fue de 1.1%  y es la más profunda desde la caída de 8.4% en el cuarto trimestre de 2008, durante la peor etapa de la crisis financiera, de acuerdo con los datos Bureau of Economic Analysis publicados este miércoles

La contracción registrada en el primer trimestre de 2020 pone fin al periodo de expansión económica más largo en la historia de Estados Unidos, destacó Bloomberg.

La mayoría de los componentes clave de la producción económica del país se redujeron drásticamente. El gasto del consumidor, que representa dos tercios de la actividad económica, se desplomó 7.6%, mientras que el gasto en bienes durables cayó 16.1% y los gastos en servicios bajaron 10.2%.

“La economía está en caída libre, podríamos estar acercándonos a algo mucho peor que una recesión profunda”, advirtió Sung Won Sohn, profesor de economía de la Universidad Loyola Marymount. “Es prematuro hablar de una recuperación, vamos a ver muchas quiebras de pequeñas y medianas empresas”.

La principal economía del mundo se vio forzada a interrumpir su curso a mediados de marzo cuando el presidente Donald Trump decretó emergencia nacional por el brote del COVID-19, lo que llevó al cierre de negocios y permitió inyectar 50,000 millones de dólares destinados a estados, territorios y localidades de ese país.

Actualmente en ese país hay un millón 12,583 casos confirmados de COVID-19, que ha provocado el fallecimiento de 58,355 personas, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins.

Entre las medidas que Estados Unidos ha implementado para paliar la crisis, está la aprobación de un paquete de 2.2 billones de dólares, y recientemente se aprobó un plan de ayuda por 483,000 millones de dólares.

Ante la paralización de la economía estadounidense, 26 millones de empleados en EU han solicitado el seguro por desempleo en las últimas cinco semanas.

En marzo, la tasa de desempleo se ubicó en 4.4%, mes en el que igualó su nivel más alto desde agosto de 2017.

Panorama para el 2T20

Los pronósticos del PIB de EU para el segundo trimestre del año tampoco son alentadores.

Hacia finales de marzo, Goldman Sachs dijo que el declive económico de Estados Unidos en el segundo trimestre sería una caída de 34% del PIB anual real.

En ese sentido, el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, dijo que la caída del petróleo a precios negativos se debe a “algo de muy corto plazo” por la pandemia del coronavirus, y que la baja del PIB del segundo trimestre podría ser la mayor que jamás se haya publicado.

“Es una situación económica grave; ciertamente estamos ante uno de los mayores golpes que haya experimentado una economía importante y una caída del PIB en el segundo trimestre podría terminar siendo la más grande jamás publicada porque muchas actividades han parado”, dijo Hassett en una entrevista con Fox News.

Estados reabren se economía

Esta semana, Georgia comenzó a permitir las cenas en restaurantes y la proyección de películas en cines, mientras más estados como Minnesota y Misisipi suavizaron las restricciones frente al coronavirus, pese a las advertencias de expertos en salud.

Donald Trump y algunos funcionarios locales criticaron al gobernador de Georgia, Brian Kemp, por las medidas que permitieron que restaurantes y teatros abran sus puertas, tal como habían hecho la semana pasada peluquerías y salones de tatuajes.

Las autoridades de salud pública advierten que el aumento de las interacciones humanas y de la actividad económica puede provocar una nueva oleada de infecciones, pese a que las medidas de distanciamiento social parecen estar controlando los casos de coronavirus.

Deseosos de revitalizar sus maltratadas economías, Colorado, Montana y Tennessee también estaban dispuestas a permitir la reapertura de algunos negocios.

Alaska, Oklahoma y Carolina del Sur, junto con Georgia, ya habían dado el paso tras semanas de confinamientos obligatorios que dejaron sin trabajo a millones de estadounidenses.

En Nueva York y Nueva Jersey, los estados más afectados y parte de una región metropolitana de unas 32 millones de personas, los gobernadores señalaron que faltaban semanas para tener siquiera una apertura limitada del comercio.

Con información de Reuters