Los planes de reactivación económica por los efectos negativos de la pandemia, el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) o una política de austeridad no fueron suficientes para evitar que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador registrara la peor gestión económica en al menos las últimas siete administraciones federales.

Análisis CEO consideró el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) de los primeros tres años y medio de cada gobierno, usando la base actualizada del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que data desde 1980, con lo que se compara desde el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988).

El promedio de las tasas de crecimiento anual entre el 2019 y el primer semestre del 2022 del PIB nacional -la cifra del segundo trimestre es un estimado oportuno- da una caída de 0.4%, disminución que coloca al gobierno morenista en el último lugar de las siete administraciones evaluadas.

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El podio es priista

La cima corresponde a Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) al presentar una tasa promedio anual de 4.1% en sus primeros tres años y medio en Los Pinos.

Algunas características económicas salinistas fueron el programa Solidaridad, disminución de tasas impositivas, el comienzo del proceso de privatización, tipo de cambio fijo como ancla antiinflacionaria y las negociaciones del TLCAN.

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El segundo lugar en dinamismo económico pertenece a Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), con una variación promedio del PIB de 3.6%; esta alza se dio en medio de la devaluación del peso y la gran deuda pública que originaron la crisis económica de 1995, más la insurrección zapatista en Chiapas.

Ernesto Zedillo tuvo, además del esquema de libre flotación del peso, al TLCAN, herencia salinista, como un impulsor que puso a México en el mapa.

El podio lo completó otro gobierno priista, el de Enrique Peña Nieto (2012-2018) al con una media anual de 2.6% real del PIB, cuya bandera corresponde a reformas estructurales como la de telecomunicaciones, energética, laboral, financiera, hacendaria.

Aunque dichas estrategias se opacaron por la volatilidad del tipo de cambio y el incremento de la deuda pública.

Las tres primeras posiciones en crecimiento económico fueron para el Partido Revolucionario Institucional.

Alternancia política

Vicente Fox Quesada (2000-2006), presidente que pasó a la historia por ser el primero de la alternancia política, le tocó lidiar con la crisis económica del 2001 y mantener la inflación anual en un solo dígito. Se situó en el cuarto lugar de actividad económica con un promedio anual de 1.2% entre el 2001 y y la primera mitad del 2004.

Mientras el quinto escalón fue para Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), que representó la segunda y última presidencia panista y cuyas apuestas fueron la infraestructura y el combate al crimen organizado.

La gestión calderonista, que se caracterizó por la crisis económica y financiera del 2008-2009 que comenzó con el colapso de Lehman Brothers, vio como el PIB nacional, pese al entorno recesivo, aumentó 1.0%, como promedio anual, entre el cierre del 2007 y la primera mitad del 2010.

Los descensos

De las últimas siete administraciones federales analizadas, únicamente cayeron los gobiernos de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) y de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).

De la Madrid Hurtado obtuvo una disminución de 0.3%, producto de la crisis económica de 1982-1983 y el impacto del sismo de 1985. Este gobierno se definió por el subsidio a los precios de los productos básicos, el inicio de la privatización de empresas estatales y las primeras negociaciones para entrar al GATT.

López Obrador, considerado como el primer presidente de izquierda, tuvo los peores resultados en actividad económica desde al menos, la administración de Miguel de la Madrid.

El PIB de México promedió una contracción anual de 0.4% en sus tres años y medio al frente del país.

Entre las decisiones del actual presidente, resaltan la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco (antes de tomar posesión lo anunció); su política de austeridad trazada con recortes a la inversión pública y con programas sociales sin efecto multiplicador en los sectores productivos.

Así como sus obras faraónicas en el sur-sureste, como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y la Refinería de Dos Bocas, y la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México y de Proméxico.

Este panorama se recrudeció con la llegada del COVID-19 en el 2020, ocasionando la peor crisis económica en la historia del país, ya que desde el 2019 la economía mexicana estaba en terrenos negativos.

El consumo privado del país se ha sostenido durante el gobierno morenista por el efecto de las remesas, aunque los elevados niveles inflacionarios, con una tasa acumulada de 18.47% en el lapso de análisis, han restado al poder adquisitivo de las familias.

Ante este panorama, se lanzó el plan antiinflacionario a principios de mayo pasado, aunque todavía no se materializan los objetivos; uno de ellos es disminuir o estabilizar los precios de 24 productos de la canasta alimentaria.

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