Una caída en los ingresos petroleros, el débil desempeño del consumo privado y una menor recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) mermaron las finanzas públicas del país; durante octubre, los ingresos presupuestarios registraron su caída más pronunciada en los últimos 19 meses.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), dichos ingresos ascendieron a 562,319 millones de pesos en octubre de 2024.
Este monto significó una disminución anual de 8.3% en términos reales, siendo el peor resultado desde marzo del año pasado, cuando se presentó una contracción de 18.8%.
Si bien los ingresos petroleros aportan apenas una décima parte de los recursos totales captados, su desplome de 55.1% fue suficiente para que los ingresos presupuestarios cayeran.
Al interior, los ingresos de Pemex, que representaron 53.9% del total de los ingresos petroleros, cayeron 51.1% real en octubre, mes en el que se vieron desfavorecidos por las medidas para mejorar la operación de la empresa paraestatal.
Ingresos presupuestarios no petroleros, al alza
En el caso de los ingresos no petroleros, éstos sumaron 507,592 millones de pesos en el antepenúltimo mes de 2024, dando un aumento anual real de 3.4%, después de una baja previa.
Dentro de este componente, la recaudación tributaria incrementó 6.1%, mientras los ingresos no tributarios (derechos, aprovechamientos, otros) mostraron una disminución de 11.4%.
Los resultados fueron mixtos en los ingresos tributarios: por un lado, el Impuesto Sobre la Renta (ISR) reportó un alza anual de 6.2% real, destacando también los ascensos de 53.6% en Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y de 34.9% en gravámenes a la importación.
No obstante, resalta por su importancia en las finanzas públicas la baja anual de 11.5%, en términos reales, en la recaudación por el Impuesto al Valor Agregado (IVA), ya que dicha disminución da indicios de un desempeño gris del consumo privado.
Gasto “deprimido”
Por su parte, el gasto neto total llegó a 520,653 millones de pesos en octubre del presente año, que significó una contracción de 19.8% anual real, la variación negativa más profunda desde septiembre de 2020 (23.3%).
Dicho retroceso derivó del desplome de 24.4% en el gasto programables, cuyos dos componentes siguieron la misma tendencia. En el gasto corriente, denominado “egreso burocrático'” el descenso fue de 7.2%.
Pero la mayor preocupación se observó en el derrumbe del gasto de capital (correspondiente a la inversión en construcción), de 67.1%, pues fue la segunda caída consecutiva y de doble dígito, además de que no se veía una disminución tan pronunciada desde agosto de 2017 (79.2%).
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