La agencia calificadora Fitch Ratings redujo el martes la calificación crediticia de Pemex a ‘BBB-’ desde ‘BBB+’ y la colocó apenas por encima del grado de especulación.

Una calificación ‘BBB-‘ indica que, las expectativas de riesgo de incumplimiento de pago son bajas. La capacidad para el pago de los compromisos financieros se considera adecuado, pero los negocios o las condiciones económicas son más propensas a perjudicar esta capacidad.

En la parte más alta de la calificación crediticia está la ‘AAA’, que denota la expectativa más baja de riesgo de incumplimiento de pago y son asignadas solo en los casos de excepcional capacidad de pago de compromisos financieros

Para el subsecretario de Hacienda esta decisión no sorprende, pero sí es preocupante

Pemex ha tenido calificación en grado de especulación solo entre el 2000 y 2002; desde el 2002, la calificación se ubicó en ‘BBB-’ o superior.

Pemex es la empresa petrolera más endeudada del mundo con 1.993 billones de pesos o 107,000 millones de dólares. La calificadora dijo que el recorte es es resultado de la persistencia negativa de flujo libre de efectivo y de una subinversión importante en el negocio de exploración y producción de la compañía y recordó que técnicamente la petrolera mexicana ha sido insolvente desde 2009.

Fitch considera que la situación financiera de Pemex “tiene el potencial de interrumpir el suministro de combustibles líquidos en el país, con consecuencias sociales y económicas significativas para México”.

El cambio de nota tendrá un impacto directo en el encarecimiento del crédito de la compañía y confirma el escepticismo con el que el mercado recibió los primeros anuncios del gobierno federal sobre el apoyo a la petrolera

Citibanamex.

El recorte a la calificación afecta, aproximadamente, a 80,000 millones de dólares en títulos de deuda de Pemex en circulación.

A finales de octubre, Fitch también puso en revisión la perspectiva de la calificación soberana de México. “La revisión refleja el deterioro en el balance de los riesgos que enfrenta el perfil crediticio de México asociado con (…) la incertidumbre y el deterioro de las políticas de la administración entrante, y los riesgos crecientes de pasivos contingentes (…) de Pemex”.

Por su parte, la calificadora Moody’s ha dicho que observará de cerca el rumbo de las políticas públicas del nuevo gobierno antes de decidir si cambia o no la perspectiva de la calificación crediticia de México.