Pemex pretende disminuir su endeudamiento en 75.9% este año, en un contexto de altos pasivos y la urgencia de revertir la caída en la producción de petróleo y petrolíferos.

Al cierre del tercer trimestre del 2018, la deuda financiera de Pemex fue de 1.993 billones de pesos, mientras que sus pasivos totales suman 3.609 billones, de acuerdo con su más reciente reporte financiero.

Para 2019, las necesidades de financiamiento serán de 197,000 millones de pesos, resultado de un déficit financiero de 65,400 millones de pesos y amortizaciones por 131,600 millones de pesos, de acuerdo con el Plan Anual de Financiamiento 2019 de Hacienda.

La revista LatinFinance publicó que la petrolera hará una emisión de bonos por más de 1,500 millones de dólares en las próximas semanas.

Necesita darle al mercado la sensación de que tienen la capacidad de aumentar la deuda. Tendrán una transacción de referencia por más de 1,500 millones de dólares y tendrán mucho cuidado de ofrecer diferenciales que reflejen el riesgo de crédito y una prima lo suficientemente alta como para atraer la mayor cantidad de compradores

dijo un banquero de los mercados de capital de deuda en Nueva York a LatinFinance.

La semana pasada, funcionarios de Pemex y de Hacienda asistieron a una serie de conferencias organizadas por Barclays en Nueva York, para reunirse con inversionistas y analistas.

Las reuniones no fueron del todo exitosas, de acuerdo con el sitio especializado REDD Intelligence, que indicó que la presentación de la petrolera resultó “neutral y decepcionante” para algunos especialistas que cuestionaron los planes de la empresa para incrementar la producción, pagar por una séptima refinería y mantener estables sus márgenes EBITDA.

El consenso entre los analistas invitados por Barclays es que los dirigentes de la petrolera “no abordaron los problemas de la empresa ni ofrecieron una línea de acción creíble hacia la mejora operativa y financiera”.

En este escenario, Barclays inició la cobertura de Pemex con una recomendación de “subponderar” debido a que la falta de una revisión integral de  su régimen fiscal en el corto plazo dará lugar a un mayor deterioro del crédito, lo que debería pesar en sus calificaciones y valoraciones.

“A falta de un cambio en el régimen fiscal de Pemex, creemos que la dependencia del mercado de capitales será más desafiante. Para 2019, creemos que la compañía necesita entre 5,500 millones de dólares y 10,000 millones de dólares en deuda bruta (suponiendo precios del crudo Brent de 45-75 dólares por barril), pero creemos que este número será mayor en 2020 y más allá”, dice en un reporte el banco de inversión británico.

No obstante, pese a los recientes cortes en la distribución de gasolina en por lo menos siete estados del país –que buscan combatir el robo de combustible– para la calificadora Moody’s, el combate al huachicoleo resulta en un punto positivo para la petrolera mexicana.

El combate al robo de combustible en México es positivo para Pemex ya que este pudiera ser el punto de partida para una solución de más largo plazo que aumente los ingresos anuales de la petrolera en alrededor de 3,000 millones de dólares y mejore su gobierno corporativo

escribió en un reporte Nymia Almeida, analista de Moody’s.

El presidente Andrés Manuel López Obrador puso en marcha a finales de diciembre el plan conjunto del gobierno para combatir el huachicoleo que contempla la participación de 15 dependencias como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Marina, Gobernación, Trabajo, Hacienda y Profeco.

El plan ha incluido el cierre de ductos de Pemex y la entrega del combustible en pipas, lo que ha generado cortes en la distribución, además de que algunos ductos de la empresa han sido saboteados por huachicoleros; esto ha dificultado su reapertura y generado un cuello de botella en los centros de almacenamiento, lo que ha retrasado la descarga de gasolinas en el puerto de Tuxpan de una decena de buques.

En tanto, Pemex también debe revertir la caída en la producción de crudo, que al cierre de noviembre sumó 1.84 millones de barriles diarios, muy lejos del máximo histórico de 3.38 millones de barriles diarios de 2004.

En este escenario Pemex ha acelerado la importación de gasolina en los primeros días de enero.