El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) destacó que el número de pobres en el país ha registrado una reducción en los últimos años; sin embargo, subrayó que las carencias sociales han ido en aumento.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de 2018 a 2022, omitiendo 2020 por ser un caso atípico debido a la pandemia, el número de personas en situación de pobreza se redujo en 5.1 millones, al pasar de 51.9 a 46.8 millones.
Si bien es cierto que el dato es considerado como positivo, se debe tomar en cuenta que las personas en situación de pobreza extrema aumentaron en 0.4 millones.
Las principales causas de estos movimientos son el incremento al salario mínimo, que ha subido 90% en términos reales durante la actual administración, y el impacto de los programas sociales.
Este Centro estima que la población que resultó en pobreza en 2022 está principalmente en los tres primeros deciles de ingresos. Es de esperarse que en el primero se concentre la pobreza extrema
indicó el CEESP.
Los incrementos al salario mínimo han traído beneficios principalmente a los deciles de menores ingresos y después comienza a caer en los deciles superiores.
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Mayores carencias sociales
En su Análisis Económico Ejecutivo, el organismo asesor del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) indicó que las carencias sociales muestran un serio incremento de 2018 a 2022.
Según datos del Coneval, el número de personas que cuentan con al menos tres de las seis carencias a considerar se elevó en 7.1 millones, para ubicarse en 32 millones, es decir, un 28% más que en 2018.
La menor pobreza junto a las mayores carencias sociales es muestra clara de la preferencia del gobierno por las transferencias en efectivo a la población, prácticamente como dádivas sin condiciones, por encima de los servicios sociales que por la ley privilegia
señaló el CEESP.
El aumento de las carencias entre 2018 y 2022 se centró en áreas indispensables para la formación de la población: educación, alimentación y salud. El rezago educativo aumentó 1.6 millones, el acceso a alimentación nutritiva y de calidad bajó 4.1 millones y la población sin acceso a un servicio de salud aumentó en 30.3 millones.
Dichos incrementos pudieron ser un factor para que personas que se encontraban al borde la pobreza cayeran en ella.
La preferencia oficial por programas de transferencias directas refleja una decisión presupuestaria implícita en contra de la formación de capital humano —salud, educación, alimentación—, con graves implicaciones
subrayó el CEESP.