México tendrá que esperar más tiempo para ver los 30,000 millones de pesos que esperaba recaudar por concepto del impuesto mínimo global ante el aplazamiento de su implementación a 2024.

El año pasado, 136 países alcanzaron un acuerdo histórico por el que las empresas multinacionales estarían sujetas a una tasa impositiva de al menos 15% a partir de 2023.

De hecho, el subsecretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Gabriel Yorio, estimó que este acuerdo generaría una bolsa global de 500,000 millones de dólares, de los que México obtendría al menos 30,000 millones de pesos.

Dicho monto impulsaría los ingresos tributarios del país, los cuales ascendieron a 3.56 billones de pesos en 2021, un incremento anual de 1.1% anual en términos reales, de acuerdo con datos de la SHCP.

Sin embargo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) considera que el impacto será mucho menor a lo previsto y que “no implica una recaudación real para casi ningún país”, según declaró su titular, Raquel Buenrostro en septiembre del año pasado.

 

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Discusiones demoran acuerdo

La implementación del impuesto mínimo global tomará más de lo pensado debido a que aún hay “discusiones difíciles” de aspectos técnicos en el primer pilar del acuerdo, explicó Mathias Cormann, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), al participar en el Foro Económico Mundial.

El primer pilar –que modifica dónde pagan impuestos las grandes corporaciones– requiere de instrumentos y tratados multilaterales, mientras el segundo –en el que se aplica el impuesto mínimo– se implementará mediante cambios a las legislaciones que dependerán de cada país, detalló Cormann.

La OCDE esperaba firmar el convenio a mediados de año, pero ahora prevé que ocurra al cierre de 2022.

 

El funcionario afirmó que fijaron una meta ambiciosa para presionar la implementación, pero confía en que pese al retraso, los países continuarán realizando los cambios necesarios para aplicar el impuesto.

 Una vez que tienes una masa crítica de países que imponen un nivel mínimo de impuestos corporativos sobre las ganancias generadas en sus jurisdicciones es difícil no ser parte de ello, porque esencialmente dejas dinero sobre la mesa para que otros países lo recauden si no te alineas al estándar global

Impuesto para la era digital

El acuerdo global fue resultado de años de negociaciones internacionales para actualizar el sistema fiscal a la realidad actual, a fin de lograr un reparto más justo de los impuestos sobre las ganancias de las grandes multinacionales.

Además del impuesto mínimo, el pacto también permitirá reasignar de más de 125,000 millones de dólares en ganancias procedentes de las 100 mayores empresas a nivel global para garantizar que paguen los impuestos que les corresponden independientemente de donde lleven a cabo sus actividades.

Uno de los objetivos es desalentar prácticas de algunas multinacionales que establecen sociedades en “paraísos fiscales” para evitar pagar impuestos sobre sus ganancias millonarias, situación que cobró mayor relevancia durante la pandemia, cuando las utilidades de ciertas empresas se dispararon en medio de la crisis global.

El primer paso lo dieron los miembros del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) el año pasado, para después conseguir la aprobación del G-20 y de 136 de 140 territorios en la OCDE.

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Organismos y funcionarios a nivel global apoyaron la propuesta. La subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, consideró que ayudará a combatir la evasión fiscal y ayudará a que los gobiernos recauden fondos necesarios para su gasto económico y social.

“El impuesto mínimo global termina con una carrera de 30 años a la baja en las tasas impositivas corporativas”, afirmó la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, el pasado octubre.