La economía mexicana podría sufrir un nuevo revés en el inicio de año, marcando un periodo de cuatro meses con caídas consecutivas, situación que no se observaba desde la segunda mitad del 2021, año que aún resintió los efectos de la pandemia.

El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) reveló que en enero de 2024 se registró un crecimiento de 0.14% a tasa mensual, aunque el límite inferior manifiesta que se podría dar una caída de 0.73%.

De confirmarse esta disminución, además de ser el peor resultado desde mayo de 2020 (2.01%), se prolongaría una racha negativa a cuatro meses con bajas en el IOAE, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

También, esta contracción pondría en evidencia la fragilidad de los fundamentales económicos del país, pues daría “jaque” al desempeño de 2023, con un fuerte crecimiento en inversión fija por el gasto en obras públicas y en inversión privada por las expectativas sobre el nearshoring.

Así como el alza del consumo por la disminución de la tasa de desempleo, las transferencias del gobierno, el otorgamiento de crédito, la desaceleración de la inflación y la apreciación del peso.

Escenario de recesión en 2025

Analistas de Banco Base estimaron que la economía de México crecerá entre 2.5% y 3% en 2024, y para 2025 se proyecta una moderación en el ritmo de crecimiento, considerando un posible escenario de recesión en 2025.

Tomando en cuenta que la incertidumbre generada por el cambio de gobierno a nivel federal podría propiciar cautela en el gasto de los consumidores y se espera una disminución del gasto público, particularmente en inversión física

explica el grupo financiero.

Otros elementos de riesgo para México

Además de lo ya mencionado, los estrategas de Base destacaron otros factores de riesgo para el crecimiento económico de México, particularmente:

  1. El alto déficit presupuestario para 2024, presionando al alza a la inflación y motivando que la tasa de interés se mantenga en niveles restrictivos por más tiempo
  2. El panel de solución de controversias en el marco del T-MEC sobre la disputa respecto al uso de maíz transgénico, que podría fallar en contra de México y resultar en sanciones comerciales
  3. La posibilidad de que la otra disputa comercial en contra de México, la de materia energética, también se lleve a fase de panel
  4. La incertidumbre provocada por las elecciones presidenciales y de Congresos, tanto en México como en Estados Unidos, que suele ocasionar mayor volatilidad en el tipo de cambio y freno en proyectos de inversión
  5. La incertidumbre respecto a la política económica interna y posible deterioro de la gobernabilidad, especialmente bajo el contexto de una nueva administración y Congreso
  6. La posibilidad de que la falta de infraestructura en la distribución y transmisión de energía eléctrica y disponibilidad de agua frenen el crecimiento de la inversión fija
  7. Caídas en el sector construcción no residencial y en la inversión fija, debido a la falta de espacio fiscal en el presupuesto de egresos para nuevas obras de infraestructura
  8. Posibilidad que la economía de Estados Unidos se desacelere más de lo esperado o que caiga en recesión, lo cual se vería reflejado en las exportaciones, remesas e inversión extranjera directa que llega a México
  9. Posibilidad de imposición de estímulos en Estados Unidos para que las empresas regresen las fábricas a ese país, lo que quitaría a México, en parte, la oportunidad del nearshoring

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