Más allá de alegrar a Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, el desplome en los precios del petróleo ha prendido algunas alertas sobre el rumbo de la economía global.
Los precios del crudo referencial WTI y el Brent acumularon una caída de 20.95% y 20.03% en lo que va de noviembre, con lo que cotizan en 51.63 y 60.35 dólares por barril, su peor nivel en 13 meses.
Los ajustes obedecen en parte a inventarios crecientes en Estados Unidos, lo que genera temores de una sobreoferta en los mercados internacionales; la venta masiva que han sufrido los mercados accionarios en todo el mundo, así como mayores exportaciones a lo esperado de crudo iraní.
Lo anterior, mientras que Arabia Saudita elevó su producción de crudo a un máximo histórico de 11.3 millones de barriles diarios en noviembre, mientras que Trump ha presionado para que no haya recortes al bombeo en la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) la próxima semana.
Trump celebró el desplome en los precios del energético, dado que representa un mayor incentivo para los consumidores a la hora de gastar en combustibles. “Los precios del petróleo están bajando. ¡Genial! Como un gran recorte de impuestos para América y el mundo”, tuiteó.
Oil prices getting lower. Great! Like a big Tax Cut for America and the World. Enjoy! $54, was just $82. Thank you to Saudi Arabia, but let’s go lower!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 21 de noviembre de 2018
No obstante, el desplome ha reactivado las preocupaciones de que esto sea una señal más de un débil comportamiento de la economía mundial.
“El punto clave a recordar aquí es que los precios más bajos del petróleo son ahora un lastre neto para la economía de los Estados Unidos, porque los recortes (gastos de capital) provocados en el negocio del petróleo de esquisto superan las ganancias para los consumidores de los precios más bajos del gas”, dijo en una nota Ian Shepherdson, economista en jefe de Pantheon Macroeconomics.
Por su parte, JP Morgan redujo su perspectiva para el petróleo y espera para el Brent cotice en un promedio de 73 dólares por barril en 2019, desde su estimación previa de 83.50 dólares por barril.
Mientras tanto, la Reserva Federal de Estados Unidos ha dicho que está cerca de una tasa de interés neutral, es decir, una tasa que no es restrictiva ni estimulante.
“A medida que te mueves en el rango de la política que, según algunas estimaciones, es casi neutral, entonces con la economía funcionando bien, es apropiado cambiar el énfasis hacia ser más dependiente de los datos”, dijo Richard Clarida, vicepresidente de la Fed en una entrevista en Squawk Box.
Lo anterior puede dejar la puerta abierta a que el banco central no sea tan agresivo en elevar su tasa de interés el próximo año, aunque el petróleo es solo uno de los elementos que deberá considerar
“Necesitaría una combinación de factores para poder hablar de un cambio en el programa actual de normalización de tasas, si esta baja es la antesala de una pérdida considerable de dinamismo de la economía global y afecta a la de Estados Unidos, bajo ese escenario estaría a consideración que la Fed haga una pausa”, comentó James Salazar, subdirector de análisis económico de CI Banco.
¿Y Banxico?
Aunque una baja en los precios del petróleo puede ayudar a disminuir las presiones en la inflación, especialistas descartan que los bancos centrales de mercados emergentes como México puedan bajar la guardia.
Aunque los precios del crudo referencial han caído en México los precios de la gasolina van al alza.
“La caída en los precios del petróleo en los últimos meses arrastrará hacia abajo la inflación de los alimentos, pero probablemente no será suficiente para hacer que los responsables de las políticas reduzcan el ritmo del ajuste monetario. Es probable que el impacto de una inflación de combustible más débil en la tasa general se vea mitigado por otros factores”, escribieron economistas de Capital Economics.
En octubre, la inflación general de México fue de 4.90%, mientras que la inflación de energéticos se aceleró en 17.10%
“Nos habíamos acostumbrado a que la decisión (de Banxico) venía mas influenciada por riesgos internos, ahora es por dos: por las inquietudes que se han generado por la nueva administración, si no pasa nada en la parte interna puede desligarse, de lo contrario puede hacer cambios”, dijo Salazar.