Las sanciones que el presidente estadounidense Donald Trump, ha impuesto a Venezuela, han dejado un hueco en el suministro de petróleo pesado a Estados Unidos, aunque luce complicado que México pueda ocupar el lugar del país sudamericano.

Al cierre del 2018 Pemex produjo 1.83 millones de barriles diarios, de los cuales 61,411 barriles diarios fueron de petróleo Maya, un crudo pesado.

Las sanciones de Estados Unidos al régimen de Nicolás Maduro, deja un hueco de 500,000 barriles diarios de crudo pesado.

El crudo mexicano, particularmente el Maya, puede ser el más similar al crudo venezolano aunado a la proximidad a los puertos de la Costa del Golfo de Estados Unidos.

Sin embargo, los refinadores de Estados Unidos no podrán adquirir los 625,000 barriles diarios de crudo mexicano vendido en Europa y Asia a menos que Pemex y sus clientes estén dispuestos a renegociar los contratos.

Pemex envía el 54% de sus exportaciones de crudo pesado a Asia y Europa bajo una base contractual, lo que impide que Estados Unidos compre más crudo mexicano en el mercado spot (…) Pemex vende el 90% de sus exportaciones de crudo bajo contratos

indica en un reporte S&P Global Platts.

Adicionalmente, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho en el pasado que, en el largo plazo, México debería reducir sus exportaciones de crudo para incrementar la producción de petrolíferos, en un escenario en el que México está cerca de convertirse en un importador neto de combustibles, cuando ya importa cerca del 80% de gasolinas.

No obstante, S&P Global Platts dice que el crudo Maya ha ganado terreno en algunas refinerías de la Costa del Golfo de Estados Unidos, dado que han reducido la compra de crudo venezolano desde que el gobierno estadounidense ya consideraba imponer sanciones a Maduro.

De enero a noviembre Estados Unidos importó 242,614 barriles diarios de petróleo mexicano frente a 225,294 barriles diarios del mismo lapso del 2017. En tanto que, las importaciones de Venezuela sumaron 236,087 barriles diarios en los primeros 11 meses de 2018 y 196,006 barriles diarios en 2017, de acuerdo con la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés).

Mientras que, Phillips 66 no ha comprado un barril de crudo de Venezuela para su refinería en Texas, Sweeny Refinery, desde diciembre de 2018. La refinería Pascagoula de Chevron, en Mississippi, que era uno de los grandes compradores de crudo venezolano, importó cerca de 119,000 barriles de crudo mexicano en agosto pasado, el mayor nivel desde noviembre del 2014.

Mientras tanto, la crisis política que vive Venezuela se ha agudizado desde que Estados Unidos reconoció a Juan Guaidó como presidente, de acuerdo con un reporte de Capital Economics, la transición que pueda vivir el país sudamericano enfrentará un proceso complicado.

“Las transiciones pueden ser largas y desordenadas. En Bolivia, el tiempo entre que el gobierno militar perdió efectivamente su control sobre el poder en 1978 y la celebración de elecciones libres y justas fue de aproximadamente cuatro años. En Brasil (1979) y Nicaragua (1987) este proceso tomó alrededor de 10 años. Las transiciones en Polonia y Rumania fueron más cortas. Cuando el comunismo colapsó en 1989, en un año se llevaron a cabo elecciones libres y justas”, escribió el analista para América Latina, Edward Glossop.