Una de las constantes del gobierno de Enrique Peña Nieto fue la contratación de deuda. Tan solo para el pago del costo financiero (intereses, comisiones y gastos de la deuda pública), el gobierno destinó 2.44 billones de pesos entre enero del 2013 y agosto del 2018.

Esta cifra superó en 7.84 veces la inversión física en educación, salud y obras para alcantarillado y abastecimiento de agua potable, de acuerdo con cifras de Hacienda.

Los recursos que se destinan al servicio de la deuda no generan crecimiento económico ni desarrollo, solo constituyen el pago de intereses, esto es un pasivo sin impacto productivo.

“En la medida en la que te la pasas pagando deuda tienes menos capacidad para gastar en una serie de políticas públicas necesarias”, comentó Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

El gobierno de Peña Nieto aceleró la contratación de deuda desde 2013 en un entorno de bajas tasas de interés, no obstante, el Banco de México tuvo que encarecer el precio del dinero (elevar la tasa de interés referencial) ante las presiones inflacionarias que empezaron a surgir.

Banxico ha elevado en 325 puntos base su tasa de interés referencial de 2013 a lo que va de este año, con lo que se ubica en 7.75%, un máximo desde 2009.

Un precio del dinero más elevado encarece los costos de financiamiento para el gobierno, que debe otorgar una tasa más elevada al emitir valores gubernamentales (como bonos) y debe de pagar una tasa más cara al contratar deuda en instituciones financieras.

El peso, en tanto, se depreció 33.61% ante el dólar desde finales del 2012 hasta agosto del 2018.

En este periodo, el tipo de cambio pasó de 12.8704 a 19.3875 pesos por dólar, golpeado por una caída en los precios internacionales del petróleo, la crisis de deuda de Grecia, el Brexit, las amenazas antimexicanas de Donald Trump, ahora presidente de Estados Unidos, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por mencionar algunos.

Un costo financiero elevado reduce el espacio fiscal y los recursos para cuestiones productivas y de programas sociales. El próximo gobierno tendrá un margen más reducido

Gabriel Farfán, presidente de la Comunidad Mexicana de Gestión Pública.

Más deuda

La política de endeudamiento llevó la deuda total de México hasta el 48.71% del Producto Interno Bruto en 2016, un alza de 11.47 puntos porcentuales frente al 37.24% del 2012, mientras que a junio de este año representaba 44.53% del PIB, equivalente a 10.43 billones de pesos, una cifra récord.

Así, tasas bajas de interés por parte del Banco de México y un aumento de la deuda pública no se tradujeron en un mayor crecimiento económico para México, que se encamina a crecer 2.5% en esta administración, en línea con el crecimiento de los últimos 20 años.

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