Los problemas del medio ambiente afectan la salud de los mexicanos, pero también contaminan el desarrollo de la economía nacional, lo cual podría aminorarse con impuestos ambientales.
México aplica desde 2014 un impuesto por emisiones de CO2, que tiene como objetivo desalentar el uso de combustibles fósiles, sin embargo, el monto es en centavos por peso, de acuerdo al tipo de combustible, y tiene un impacto menor en la recaudación.
En los primeros tres meses del año, de los 857,996 millones de pesos en ingresos tributarios, 1,165 mdp correspondieron al pago por emisiones de carbono, de acuerdo con datos del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El impuesto se ve como un costo sobre el bolsillo de las personas, sin embargo, estos gravámenes lo que buscan es disminuir externalidades, cosas que el mercado no considera dentro de su costo, como los daños a la salud por contaminación
Adrián García, Investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Los impuestos ambientales son elementos que ayudan a los gobiernos a reducir el impacto de la contaminación, por ello, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), recomienda a los países cambiar la carga fiscal a favor de la tributación relacionada con el medio ambiente.
En el documento ‘El desafío del crecimiento verde: cambiar la carga fiscal a favor de la tributación relacionada con el medio ambiente’, el organismo indica que la fiscalización ambiental puede impulsar una reforma orientada al crecimiento, esto al desviar la carga fiscal de impuestos más distorsivos, por ejemplo, a los ingresos corporativos o personales.
Los costos por agotamiento y degradación ambiental en México fueron equivalentes a 13.3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país en 2017, derivado de las emisiones contaminantes al aire provenientes de fuentes móviles como autos particulares, camiones de pasajeros, camiones de carga y taxis, de acuerdo con el INEGI.
En el mismo año, el gobierno federal gastó 124,449 millones de pesos, equivalentes a 0.6% del PIB, en acciones en favor del medio ambiente, como la gestión de residuos, protección del aire y el clima, forestación y reforestación, y la conservación de ecosistemas, por mencionar algunos.
El uso de los recursos también es importante, estos gravámenes tienen que dejar un beneficio a la población más vulnerable, como mejoras en el transporte público e invertir en el sistema de salud para proporcionar mejor atención a personas con problemas respiratorios
Adrián García.
La aplicación de impuestos ambientales
En 2016, Serbia y Dinamarca estaban en la cúspide de los países con una mayor recaudación por impuestos verdes -por uso del automóvil o el consumo de agua y energía eléctrica- como porcentaje del PIB, equivalentes a 4.5% y 4%, respectivamente. En ese año, los gravámenes ambientales en México aportaron 1.61% de la economía, de acuerdo con los últimos datos disponibles de la OCDE.
La recaudación más elevada tan solo por impuestos a emisiones de carbono como porcentaje del PIB es de Eslovenia, con 3%, le sigue Italia con 2.8%. Los impuestos al carbono en México representan 1.4% del PIB.
Para hacer frente al aumento de los problemas ambientales, los países implementan impuestos que coadyuvan a reducir la contaminación ambiental, como el gravamen por emisiones de carbono, que en el largo plazo dará oportunidad a los gobiernos de reducir los costos de los problemas ambientales y mitigar su impacto social y económico.
En Inglaterra, el gobierno se prepara para anunciar medidas para abordar el problema de la contaminación plástica. Los impuestos a hidrocarburos por emisiones de CO2 han permitido que el número de automóviles de gasolina disminuyeran 10% en los últimos 20 años.
En tanto, en el estudio ‘Impuestos ambientales: Explicación, ejemplos y utilidad’, el CIEP destaca la labor de Australia y Alemania, con un mayor número de gravámenes ambientales, como el pago por ruido por el aterrizaje de aviones, consumo de electricidad y cobros a nivel federal por tenencia o importación de autos.
Sería importante que México siguiera a otros países en la creación de impuestos ambientales, elevaría la recaudación y le permitiría tener más recursos para mejorar la calidad de vida de la población por afectaciones en el medio ambiente
Roberto Colín, integrante de la comisión fiscal 2 del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM).
Para los especialistas consultados es importante que, si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decide implementar una reforma fiscal en los siguientes años considere la creación de impuestos verdes y eleve el monto por emisiones de carbono, con lo que, además de elevar la recaudación, pueden ser utilizados por el gobierno para prevenir y atender contingencias a causa de la contaminación.