Nota del Editor: Este texto se publicó por primea vez a las 10:55 am y se actualizó tras la presentación del plan
El presidente Joe Biden abogó este miércoles por el uso del enorme poder del Gobierno para renovar la mayor economía del mundo y contrarrestar el ascenso de China, una propuesta de más de 2 billones de dólares que encontró una rápida resistencia política.
La propuesta de Biden haría que las empresas estadounidenses paguen la cuenta de proyectos que pondrían a millones de estadounidenses a trabajar en la construcción de infraestructuras como carreteras, en la lucha contra el cambio climático y en impulsar servicios como el cuidado de ancianos.
“Se trata de una inversión única en una generación en Estados Unidos, que no se parece a nada que hayamos visto o hecho”, dijo Biden en Pittsburgh. “Es grande, sí. Es audaz, sí. Y podemos lograrlo”.
La segunda propuesta legislativa multimillonaria de Biden en dos meses en el cargo tiene como objetivo proporcionar apoyo a una economía golpeada por la pandemia del coronavirus, pero también promete fortalecer los sindicatos y la resistencia del país al cambio climático, dos objetivos de los demócratas.
Otra propuesta económica que Biden dará a conocer en abril podría añadir otros 2 billones de dólares al costo total.
Junto al paquete de ayuda contra el coronavirus, de 1.9 billones de dólares, la iniciativa de Biden en materia de infraestructuras otorgaría al gobierno federal un papel más importante en la economía estadounidense del que ha tenido en generaciones, para representar 20% o más de la producción anual.
El equipo de Biden considera que el esfuerzo dirigido por el gobierno para fortalecer la economía es la mejor manera de hacer frente a la creciente competencia y a la amenaza de seguridad nacional que supone China.
La iniciativa prepara el terreno para un próximo enfrentamiento de los partidos en el Congreso de Estados Unidos, donde los miembros están en gran medida de acuerdo en que las inversiones son necesarias, pero están divididos sobre el tamaño y la inclusión de programas considerados como servicios sociales.
La propuesta del presidente fue recibida con frialdad por los conservadores y los principales grupos empresariales.
“Si va a tener aumentos masivos de impuestos y billones más añadidos a la deuda nacional, no es probable”, dijo el senador republicano Mitch McConnell de Kentucky, líder de la minoría, un día después de que Biden lo llamó para informarle sobre la propuesta.
¿Quién pagará la cuenta?
Biden hizo caso omiso de una promesa de campaña de subir los impuestos a las personas ricas, al menos por ahora, sin anunciar alzas previstas en el tipo marginal superior o el impuesto a las ganancias de capital.
En cambio, el plan aumentará la tasa del impuesto a las empresas del 21% al 28% y modificaría el código tributario para cerrar lagunas que permiten a las empresas trasladar sus beneficios al extranjero, según un documento informativo de 25 páginas publicado por la Casa Blanca.
Biden dijo que el objetivo no era “apuntar” a los ricos, sino abordar las divisiones y la desigualdad agravadas por la pandemia.
El plan repartirá el costo de los proyectos en ocho años y pretende pagarlo todo en 15 años, sin aumentar la deuda del país a largo plazo, dijo un funcionario de alto rango del gobierno.
Neil Bradley, vicepresidente ejecutivo y jefe de políticas del mayor grupo comercial del país, la Cámara de Comercio de Estados Unidos, dijo que aunque la organización comparte el sentido de urgencia de Biden en materia de infraestructuras, su plan está “peligrosamente equivocado”.
“Nos oponemos firmemente a los aumentos generales de impuestos propuestos por la administración, que ralentizarán la recuperación económica y harán que Estados Unidos sea menos competitivo a nivel mundial, justo lo contrario de los objetivos del plan de infraestructuras”, dijo Bradley.
El plan incluye 621,000 millones de dólares para reconstruir infraestructuras, como carreteras, puentes, autopistas y puertos, y una inversión histórica de 174,000 millones de dólares en el mercado de los vehículos eléctricos que establece el objetivo de una red de recarga en todo el país para 2030.
Plan de Biden crearía millones de puestos en la clase obrera, según economistas
El plan de infraestructura impulsado por el presidente Joe Biden crearía millones de puestos de trabajo y podría deshacer parte del daño económico infligido por la pandemia de coronavirus, según economistas, beneficiando especialmente a los trabajadores de rentas medias bajas.
Un 75% de los puestos creados en infraestructuras irían a trabajadores que tienen solo diploma de secundaria, mientras que el resto requeriría un título de asociado o superior, según un informe del Center on Education and the Workforce (CEW) de la Universidad de Georgetown, en Washington.
El informe, publicado antes de que la Casa Blanca diera a conocer los detalles del plan de infraestructuras, analiza los puestos de trabajo que se crearían con una inversión de 1.5 billones de dólares.
El CEW estima que la inversión crearía ocho millones de puestos de trabajo para trabajadores con un diploma de secundaria o menos y 4.8 millones de puestos de trabajo para aquellos con más de un diploma de secundaria pero menos de una licenciatura.
“Lo interesante es que este plan realmente da la oportunidad de crear oportunidades a las personas que tienen un título de secundaria o menos”, dijo Nicole Smith, profesora de investigación y economista jefe del CEW de Georgetown.
Según Smith, la pandemia ha exacerbado una tendencia que ha hecho que Estados Unidos continúe perdiendo puestos de la clase obrera en los últimos 10 años.
Biden, demócrata, se ha posicionado constantemente como un presidente a favor de la clase obrera y ha defendido políticas como el aumento del salario mínimo y las que facilitan la sindicalización de los trabajadores.
Con información de AFP y Reuters