El fortalecimiento de la seguridad pública en México podría motivar la inversión en el país y hacerla crecer hasta 6.1%, una proyección que parte del hecho de que las empresas son víctimas de diversos tipos de delitos, lo que afecta sus ingresos y ganancias, de acuerdo con un estudio realizado por Banco de México (Banxico).
Cada año, alrededor de un tercio de las unidades económicas es víctima de algún delito como el robo hormiga, robo o asalto de mercancías, dinero, insumos o bienes, extorsión, actos de corrupción, fraude, robo total o parcial del vehículo.
También, pueden ser víctimas de daños a instalaciones, maquinaria o equipo y otros delitos menores, según la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) 2020, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Ante este escenario, los negocios incurren en gastos adicionales en seguridad, además de reducir su exposición al crimen y limitar su producción, lo que deriva en una percepción menor de ingresos que serían destinados a inversiones futuras.
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Delitos, con fuerte impacto
Si bien resulta complejo cuantificar los efectos de los delitos y su costo para las unidades económicas, Banxico modeló bajo ciertos escenarios cuál sería el impacto tanto en la inversión como en la producción en las regiones del país.
Para ello, tomó como referencia el nivel de victimización de la región sur, que en 2019 fue de 25%, la menor comparada con las otras regiones.
A nivel nacional, la victimización de las unidades económicas en el país fue de 30.5%; en el centro, 34.2%; en el centro norte, 31.2%, y en el norte, 27.2%, según la ENVE 2020.
Se usa un modelo de equilibrio general que permite simular por cómputo los efectos agregados para cada región del país provenientes de disminuir la victimización y el costo del crimen en establecimientos comerciales como consecuencia de un incremento en la seguridad pública
explica Banxico en su reporte.
Parte de un todo
El escenario de inseguridad al que se enfrentan las empresas abre la puerta a una serie de eventos.
Por ejemplo, ante la intención de robo, los propietarios de las unidades económicas pueden actuar de distintas maneras: gastar en seguridad privada y disminuir la probabilidad de perder parte de su capital ante el crimen; o aumentar la producción para recuperar las probables pérdidas ante el crimen; o disminuir la producción para reducir el tamaño de la pérdida.
Sin embargo, un menor nivel de capital ocasiona que los establecimientos demanden menos de este y, por lo tanto, la inversión disminuye.
Para el caso mexicano, se ha encontrado que, ante el crimen, las firmas pueden cerrar definitivamente, emigrar a otros países, contratar seguridad privada, cambiar la logística de sus procesos productivos o, inclusive, pagar la extorsión sin recurrir a las autoridades
indica Banxico al referirse a la investigación Entrepreneurs’ Responses to Crime-Entrepreneurs in Mexico
Otro efecto de fortalecer la seguridad
Además de una mayor inversión y productividad, el primer efecto de un fortalecimiento de la seguridad pública es que la probabilidad de victimización sea menor.
Según Banxico, el gasto privado en seguridad como porcentaje del PIB disminuye en todas las regiones, pero a nivel nacional pasaría de 0.54% a 0.16%.
El modelo implementado sugiere que podría darse una reactivación de la inversión de lograrse menores niveles de victimización de las empresas, lo que a su vez redundaría en mayores niveles de producción y salarios, incrementando el bienestar de los hogares
de acuerdo con Banxico.