Las posadas, las fiestas de Navidad y de Fin de Año están a la vuelta de la esquina, por lo que las familias mexicanas se encuentran planeando los platillos que degustarán. Sin embargo, la elevada inflación que se ha vivido desde el año pasado podría frenar el gasto que realicen los hogares para preparar las comidas típicas.

Análisis CEO recopiló los productos del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del Inegi para realizar un menú tradicional de las familias del país que consta de cinco platillos y las bebidas.

Mediante ponderadores, se generaron índices de cada tiempo, cuyo peso responde al INPC, a fin de crear un indicador general: el Índice de la Cena Navideña.

Si se considera el índice desde el primero de enero de este año hasta el cierre de noviembre, se puede observar una inflación de 10.79% anual, siendo el segundo año consecutivo con una tasa de doble dígito.

En tanto, el índice general nacional de precios al consumidor se ubicó en 7.41% a tasa anual acumulada, el más alto desde el 2000, cuando se ubicó en 7.79%.

 

La importancia de lo anterior radica en que la preparación de una cena navideña seguirá siendo de las más cara para las familias mexicanas en los últimos años y de 1.5 veces más que la inflación nacional, tomado en cuenta el efecto estacionario de esa época del año que tiende a elevar los precios y que 65% de la población ocupada en México gana hasta dos salarios mínimos.

Romeritos, el platillo que más pesará en el bolsillo

Los platillos navideños registran diferente dinámica inflacionaria. Para dar una idea de cuánto han aumentado los precios al consumidor, se recopiló la inflación de cada producto que se consume en ciertas cenas para armar un menú.

Por ejemplo, el platillo que mayor incremento tendría es el de romeritos, pues la inflación acumulada anual a noviembre fue de 17.19%, como consecuencia de tasas de doble dígito en papa, aceite, tostadas, nopales, chocolate y mole.

 

 

Curiosamente, la clásica pasta que acompaña a cualquier opción del menú, ostenta el segundo incremento acumulado de precios, de 15.24%, en la cual todos sus ingredientes mostraron alzas de doble dígito, destacando la pasta para sopa, así como el queso Oaxaca y panela, con variaciones de más de 20%.

 

Mientras el postre, que es el más esperado durante todo el año y que no puede faltar en la mesa de las familias del país, presenta la tercera mayor inflación acumulada: la ensalada de manzana, con 10.70%, cuyo principal insumo con el incremento más alto es la crema (13.77%).

 

La segunda opción del menú es atún a la vizcaína, con una inflación acumulada a noviembre de 10.04%, teniendo al atún en lata con un alza en su precio de 7.42%.

 

Por último, el platillo que menos pesaría a los hogares mexicanos es el lomo relleno, con un crecimiento de 7.64% en su precio, aunque su ingrediente estrella, el lomo de cerdo, rebasa el 10%.

 

Café y ron, las bebidas con mayor incremento

Para acompañar los alimentos, tenemos a las bebidas, cuyo índice de precios al consumidor elaborado por EL CEO da una inflación acumulada de 9.91% a noviembre, un nivel elevado considerando los resultados nacionales del INPC.

Las bebidas que pesarían más en las finanzas de las familias por el umbral inflacionario serían el café soluble, el ron y el tequila, mientras el menor impacto se daría por el vino de mesa y el brandy.

 

Pollo rostizado, la peor opción si se quiere algo rápido

Algunas personas prefieren comer algo sencillo y rápido y la mejor opción es comprar alimentos preparados fuera de casa.

No obstante, esta opción no sería conveniente por la inflación que ostenta (12.93%) si se compara con la inflación general acumulada al onceavo mes del presente año (7.41%).

La peor opción para las familias del territorio nacional es el pollo rostizado, ya que cuenta con una inflación de 14.01%.

 

 

Pero si se prefiere salir en fiestas decembrinas, el efecto inflacionario sería menor como poder de compra respecto al nivel nacional, ya que el incremento acumulado de precios es de 6.24% en centros nocturnos.