Banco de México parece tener un problema menos en el horizonte, ya que todo apunta a que la inflación cerrará este año en línea con su meta de 3%, lo que le dará más espacio para seguir con el recorte de su tasa referencial y además, la posibilidad de implementar nuevas medidas para mantener la estabilidad del sistema financiero.

Esto sucede en momentos en los que la economía mexicana se encamina a una recesión provocada por la pandemia del COVID-19, que ha llevado a paralizar gran parte de la actividad económica.

La inflación tuvo una disminución de 1.01% en abril, la mayor caída desde que se tiene registro, y la tasa anual alcanzó 2.15%, la más baja desde diciembre de 2015.

Con la inflación por debajo del objetivo, la economía en caída libre y la falta de respuesta fiscal, el banco central estará bajo presión para hacer más. Pensamos que a los dos recortes de 50 puntos base desde marzo, les seguirá un recorte de 100 puntos en la reunión del 14 de mayo, lo que llevará la tasa referencial a 5.0%

dijo William Jackson, economista en jefe para mercados emergentes de Capital Economics.

Jackson agregó que, además, a la baja de mayo, le seguirá al menos otro recorte de 50 puntos.

Gran parte de la desaceleración de la inflación la explica una caída en los precios de los energéticos como las tarifas eléctricas y los precios de la gasolina. Sin embargo, los rubros como alimentos y bebidas, así como el de frutas y verduras tuvieron avances de 5.78 y 9.35%, respectivamente, que afectan principalmente a las personas de menores ingresos, que suelen gastar gran parte de sus ingresos en alimentos.

La inflación subyacente, es decir, el que elimina los precios más volátiles, y es la principal guía para las decisiones de Banxico, aumentó 0.36% en abril a una tasa anual de 3.50%, de acuerdo con Joel Martínez, director de Visor Financiero, si bien el índice subyacente no es tan bajo, hacia adelante podría moderarse ante la holgura (debilidad) de la economía.

La cifra de 3.50%  también es favorable ya que  la tasa anual se ha resistido por 40 meses a perforar el nivel psicológico de 3.50%.

En este contexto, economistas de Banorte indican que el entorno es propicio para recortes adicionales a la tasa de Banxico y esperan una baja de 50 puntos base en la reunión del 14 de mayo y otra de 75 puntos para el 25 de junio, incluso, no descartan  otra reunión fuera de calendario, en la que se adelantaría el recorte de 75 puntos base.

Adicionalmente, podríamos ver una expansión de las medidas actuales de liquidez y crédito si la dinámica de mercado se deteriora de nuevo, dado que creemos que el banco central continúa comprometido con asegurar un funcionamiento adecuado y con la salud del mercado financiero y la economía

escribieron economistas de Banorte. 

En la última reunión de la Junta de Gobierno de Banxico, la mayoría de los miembros coincidió en que la política monetaria, por si sola, no podrá resolver las dificultades generadas por los choques que están afectando a la economía.

Aunque un integrante comentó que es erróneo pensar que una tasa de interés baja no puede contribuir a la recuperación económica. Dijo que el costo y acceso al crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas, que son las que generan más empleos y las que se verán más afectadas por la pandemia, se verían altamente favorecidas por una “disminución sustancial de las tasas de interés”.

Argumentó que la política fiscal también podría contribuir, pero si los costos de endeudamiento para el gobierno siguen altos, el espacio para un estímulo fiscal sería limitado, por lo que consideró que una tasa de interés alta repercute sobre la salud de las finanzas públicas, ya que aumenta su costo financiero. Y señaló que existe espacio para flexibilizar la política monetaria y así reducir el costo financiero del gobierno.

Por lo pronto, el consenso de los especialistas prevé que la inflación cierre 2020 en línea con la meta de Banxico, y de cerrar en 3% o por debajo de este nivel, sería la tercera ocasión desde que estableció la meta explícita de 3% anual en 2003.