Las acciones de Banco de México han estado en la mira de los agentes económicos desde que inició con su ciclo de relajación monetaria y, en este sentido, algunos dudan que el banco central acelere el recorte de su tasa referencial este año.

La caída de la inflación a 2.6% anual en la primera quincena de diciembre, desde 3.0% del mes completo de noviembre, preparará el camino para que Banxico continúe su ciclo de relajación en los próximos meses, pero puede ser que a una velocidad limitada.

La baja en la tasa general se debió principalmente a un descenso en los precios de los alimentos; mientras que la inflación subyacente, la que elimina los precios más volátiles y es guía para las decisiones de Banxico, tuvo solo un ligero descenso, al pasar de 3.7 a 3.6%.

En este sentido, los economistas de la firma británica Capital Economics dudan que la tasa de interés referencial del banco central caiga tanto como esperan los inversionistas.

Es improbable que la inflación siga baja en 2020. La debilidad de la inflación de alimentos en diciembre probablemente se debió a la reducción de los choques de oferta, que anteriormente habían provocado un aumento en algunos precios de frutas y verduras frescas. Este arrastre debería desvanecerse durante el primer semestre de 2020

Nikhil Sanghani, economista asistente de Capital Economics.

Sanghani indica que, además, la caída de los precios del petróleo a fines de 2018 pronto quedará fuera de la comparación anual, lo que debería causar nuevos aumentos en el transporte y la inflación en vivienda a principios de 2020.

La última encuesta de expectativas de Citibanamex arrojó que el consenso de los economistas consultados espera que, a finales de 2020, la tasa de Banxico llegue a 6.50%, lo que implicaría una baja de 75 puntos base desde el actual 7.25%.

Alfonso Esparza, analista senior de mercado para America Latina en OANDA, estima que si las presiones inflacionarias vuelven a subir, Banxico deberá de reducir su política monetaria acomodaticia, pero esto podría pasar después de 200 puntos base de recorte a la tasa de interés si se sigue con el mismo paso de 2019.

La minuta de la última reunión de política monetaria mostró que algunos miembros de la Junta de Gobierno apuntaron que con el aumento anunciado al salario mínimo se materializó uno de los riesgos al alza para la inflación, lo que dificultará alcanzar la meta de 3% durante 2020 como tenían previsto.

En particular, uno indicó  que tales distorsiones se verán acentuadas como resultado del aumento de 20% del salario mínimo para 2020, el mayor registrado en los últimos 44 años.

El tema del salario mínimo es uno de los que más genera debate entre los integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico, en particular desde la llegada de los subgobernadores Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, quienes son defensores de la recuperación del salario mínimo.

De acuerdo con algunos economistas como el propio Esquivel, la preocupación respecto a que el salario mínimo genere fuertes presiones inflacionarias no es más que un dogma que ha castigado la recuperación del salario y que en el pasado solo sirvió como un ancla de la estabilidad del sistema.

Por otro lado, la minuta también mostró que Jonathan Heath votó por un recorte de solo 25 puntos base, luego de que en las dos reuniones pasadas había votado por una baja de 50 puntos base.

En este sentido, uno de los miembros de la Junta (no se sabe quién) opinó que un relajamiento de más de 25 puntos base no sería conveniente, ya que probablemente validaría el impacto inflacionario de los ajustes al salario mínimo, lo que justificaría expectativas de inflación de largo plazo por encima de la meta.

Además, una acción de esta naturaleza con miras a fomentar el crecimiento de la economía, sería difícil de reconciliar con la evidencia teórica y empírica de los determinantes del crecimiento económico, y no considera la opinión de empresarios y analistas sobre los factores que están obstaculizando la expansión de la economía mexicana

dijo el integrante de la Junta de Gobierno.

Agregó que también dejaría de lado la evidencia que muestra que la tasa de interés tiene un impacto modesto sobre el crecimiento económico, inclusive en el corto plazo.