En medio de un año de recuperación económica y del inicio de la tercera ola de contagios, los recursos que se destinaron a la creación de hospitales, equipo médico y su mantenimiento del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) representaron menos del 1% de su gasto total.
Durante el primer semestre del año, la inversión física del IMSS fue de 739 millones de pesos, lo que representó apenas el 0.2% del gasto acumulado del organismo público por 401,770.4 millones de pesos, según el balance financiero que publica la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Además, el monto de la inversión física significó una caída de 75.3% en términos reales y respecto del primer semestre del 2020, la más pronunciada desde 2003 y la cantidad más baja desde 2019, cuando se destinaron 570 millones de pesos.
La situación del ISSSTE es similar, pues la inversión física apenas representó el 0.1% del gasto con un total de 149.4 millones de pesos para el primer semestre del año, una caída de 88.3% real anual. Todo su gasto fue de 192,438.7 millones de pesos en el semestre.
Al igual que con el IMSS, el monto en inversión física es el menor desde 2019, cuando fue de 107.6 millones de pesos.
También lee: Más de 35 millones de mexicanos se quedaron sin acceso a salud en 2020
Sobre esta situación, la Coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, Mariana Campos, dijo en entrevista con EL CEO, que el dato refleja que en esta administración, el sector salud no es una prioridad y también recordó que en 2019 hubo un subejercicio en el sector salud de 65%.
El año pasado se hizo un esfuerzo, pero este año ya empezamos a ver floja (la inversión física). Es la combinación de varios factores: primero, la salud lamentablemente no es una prioridad
refirió Campos
Para ejemplificar lo anterior, Campos dijo que tan solo en el primer trimestre se había destinado el 37% del presupuesto en programas sociales, mientras que en salud llevaba un subejercicio con un gasto aproximado de 19%.
De acuerdo con Campos, los programas sociales tienen un impacto en el corto plazo, mientras que la inversión física requiere su tiempo para observar los resultados: “requiere planeación, no se puede llegar y gastar así”.
Campos subrayó que para llevar a cabo proyectos de infraestructura se requieren habilidades de planeación y ejecución de obra, algo que no cualquier estructura gubernamental tiene.
Compra de medicamentos crece en el IMSS; se desploma en el ISSSTE
Dentro de la partida de materiales y suministros en el IMSS —que contempla la compra de medicamentos— hubo un incremento 63.9% real anual, un total de 36,671.3 millones de pesos.
La compra de estos materiales y suministros representó el 9.1% del gasto del IMSS en el primer semestre del año.
Con la segunda y tercera ola de contagios de COVID-19 que han llegado al país este año, Campos cuestionó si se está optando por redireccionar el gasto y ponerlo en atención a la salud.
“Hay una caída fuerte en las consultas y el COVID-19 está acaparando recursos, puede ser como un tema de sustitución de gasto”, según Campos.
En eI ISSSTE, la compra de materiales y suministros reportó una caída de 72%, a 1,882.5 millones de pesos y del total del gasto significó el 1%, de acuerdo con los datos de Hacienda del primer semestre.
Bajo este escenario en donde la inversión física representa menos de 1% en ambas entidades públicas, el rubro en el que se concentra más de la mitad del gasto en el IMSS es en pensiones y jubilaciones con 63%, se han destinado 251,581.5 millones de pesos, un incremento 2.6% real anual.
En el ISSSTE, las pensiones y jubilaciones tienen un mayor peso en relación al IMSS, pues representan el 77%, con un total de 148,133 millones de pesos, 0.4% más en relación a enero-junio del año pasado.