Las decisiones unánimes que ha tenido la Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) en los últimos meses para recortar la tasa de interés referencial parecen estar cerca de llegar a su fin, ante el alza constante que han tenido los precios al consumidor, pese a la caída de la economía.
De las últimas nueve reuniones, en cinco de ellas la Junta de Gobierno, integrada por el gobernador Alejandro Díaz de León, y los subgobernadores Irene Espinosa, Javier Guzmán, Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, han decidido de manera unánime recortar la tasa, además de implementar diversas medidas para garantizar la liquidez y acelerar el crédito ante la crisis que desató la pandemia del coronavirus.
No obstante, la inflación subyacente –la que elimina los precios más volátiles y es la guía para las decisiones de Banxico– no ha cedido.
En este contexto, mientras que algunos integrantes de la Junta se muestran dispuestos a seguir con los recortes de la tasa después de agosto, hay otros que llaman a la cautela. Por lo que es probable que los halcones (los miembros menos tolerantes con la inflación) y las palomas (quienes consideran que el banco central puede dar un impulso a la economía con una tasa más baja) vuelvan a tener diferencias.
(La inflación subyacente) ha generado una especie de mayor prudencia en la conducción de la política monetaria, aunado a que las expectativas de corto y largo plazo se encuentran por encima del objetivo de 3%. Es una combinación de factores que llama a la cautela y la prudencia
dijo la subgobernadora Espinosa en el podcast Rumbo Económico.
Desde mediados de 2018 la inflación subyacente se ha mantenido persistentemente por arriba de 3.5%.
En una presentación, el subgobernador Javier Guzmán dijo que aunque es probable que la evolución de la inflación permita una mayor relajación de la política monetaria, sería imprudente dar una orientación más allá, ante una incertidumbre inusualmente alta sobre el comportamiento de los principales agregados macroeconómicos, los mercados financieros y el entorno externo.
(…) En las condiciones actuales, la política monetaria debe continuar con precaución. Una respuesta monetaria más agresiva para tratar de estimular la actividad económica iría acompañada de altos riesgos a cambio de, en el mejor de los casos, un impacto modesto en el crecimiento por razones bien conocidas y documentadas
indicó Javier Guzmán.
Factores como la depreciación del peso y en particular el aumento en el precio de las mercancías alimenticias no han dado tregua a los consumidores.
El peso acumula una pérdida de 15.57% en lo que va del año y mientras que varios mercados emergentes ya han comenzado a ver el retorno de los capitales extranjeros, en México ocurre lo contrario, pese a que la tasa de Banxico aún es de las más altas.
Tan solo en julio los inversionistas extranjeros se deshicieron de 356,114 millones de pesos de valores gubernamentales, como Cetes, bonos y Udibonos, entre otros, con lo que la tenencia de estos instrumentos en manos de foráneos está en mínimos desde 2014.
La inflación ha estado sorprendiendo al alza de manera muy sistemática, y siguen los flujos de salida de deuda pública de extranjeros, por eso creo que lo van a tomar con más calma. Puede ser que (en agosto) no recorten o recorten menos de 50 puntos base y que manden una señal de que van a bajar el ritmo o que paren
comentó Marco Oviedo, economista en jefe para América Latina de Barclays.
Las palomas
Los subgobernadores Jonathan Heath y Gerardo Esquivel se ven más dispuestos a seguir con el recorte de la tasa de interés para ayudar a la economía, para la que el consenso de los economistas anticipa una caída de 10% este año.
Heath recordó en una presentación a legisladores que, el mandato constitucional de Banxico tiene como meta la estabilidad de precios, pero no es un objetivo único ni final, dado que el objetivo intermedio que busca, como lo señala el Artículo 25 Constitucional, es el desarrollo nacional mediante el fomento del crecimiento económico y el empleo.
También señaló que la inflación subyacente tiene presiones al alza por distorsiones causadas por la pandemia y la depreciación del peso y la inflación de mercancías alimenticias se ubica muy por encima de todos los demás subíndices, y es la que que más afecta a las clases menos protegidas y a quienes hoy se encuentran sin ingresos por la crisis laboral.
Queda claro que el complemento ideal al buen funcionamiento de estas medidas es continuar con el ciclo a la baja de la tasa de interés del fondeo interbancaria a un día y extendiendo la postura expansiva de la política monetaria, siempre vigilando de cerca los riesgos potenciales que nos pudieran descarrilar
dijo Heath.
Mientras que Gerardo Esquivel ha dicho que hay espacio para seguir con los recortes de la tasa, incluso no descarta la posibilidad de que las tasas, una vez que se resta la inflación, caigan a territorio negativo si las condiciones lo justifican.
“Dependiendo un poco de cómo los precios continúan evolucionando en el futuro, podemos o no tomar este espacio que algunos de nosotros consideramos que existe en las tasas. Veremos si hay espacio para hacerlo en las decisiones posteriores que tomaremos en agosto y en septiembre, y más hacia el final del año”, comentó Esquivel en una entrevista con Bloomberg.
Por lo pronto, para la reunión del 13 de agosto, el consenso del mercado ya descuenta un recorte de 50 puntos base, pero hacia adelante se puede esperar un mayor debate entre los integrantes de la Junta.
“Posiblemente haya un recorte de 50 puntos base o dos de 25 puntos, pero ya no hay espacio para que siga flexibilizándose. Uno, por la inflación, y dos porque si baja más la tasa, ante el creciente riesgo que enfrenta el país en términos de recuperación económica, los capitales se van a ver desestimulados, el tipo de cambio presionado, y eso va a generar más presiones inflacionarias”, dijo Alfredo Coutiño, director general de Moody’s Analytics para América Latina.