El repunte de la inflación es el principal problema que enfrentan las familias mexicanas en el momento de adquirir bienes y servicios, perjudicando el gasto privado del país, por la economía nacional.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP) disminuyó 0.08% a tasa mensual durante julio pasado.
Esta caída significó la cuarta variación negativa de forma consecutiva del gasto de los hogares; de hecho, en los últimos cuatro meses se promedia un retroceso mensual de 0.39%.
El consumo es el componente más importante de la demanda agregada, ya que representa cerca de dos terceras partes del PIB de México. Asimismo, el consumo es considerado un indicador de bienestar económico, porque refleja la capacidad de las personas y hogares para satisfacer sus necesidades mediante la adquisición de bienes y servicios
mencionaron analistas de Banco Base en una nota.
Bajo nivel de gasto
El crecimiento del consumo privado indica que las familias cuentan con ingresos suficientes, pero las decisiones de gasto también se determinan por la confianza del consumidor, las tasas de interés, la inflación y las expectativas macroeconómicas.
A tasa anual, el IOCP aumentó 2.3% en julio del presente año, siendo el menor nivel en los últimos seis meses; además, fue el peor julio desde 2020 (-13.8%), año de la crisis económica y de salud por el COVID-19.
Para la segunda mitad del año, estimamos que el bajo desempleo y el crecimiento en salarios sean un soporte relevante para el consumo privado, si bien la generación de empleos sería cada vez menor, en un entorno de desaceleración económica
proyectaron analistas de Ve por Más.
Agrega que la inflación y las tasas de interés se mantendrán elevadas, restringiendo el poder adquisitivo de los hogares y el acceso al crédito, respectivamente, mientras un mayor enfriamiento en Estados Unidos produciría que las remesas se desaceleren.
Obstáculos
La principal presión en el gasto de los hogares proviene de la inflación, que en julio se ubicó en 5.57% anual, que fue el mayor aumento de los precios en los últimos 14 meses; también registró una racha de cinco meses acelerando.
Si bien el Banco de México decidió recortar en 25 puntos base la tasa de interés de referencia para llevarla a 10.75%, aún sigue alta; la tasa objetivo es de doble dígito desde noviembre de 2022.
De confirmarse la caída del Indicador Oportuno del Consumo Privado en julio, el inicio del segundo semestre de este año para la economía mexicana podría significar la entrada a una fase de recesión.
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