Tras años de falta de inversión en el procesamiento de gas natural, lo que desencadenó una dependencia en la producción en Estados Unidos, el próximo gobierno de México enfrenta el reto de poder ofrecer a las empresas atraídas por el nearshoring: una infraestructura esencial para satisfacer sus necesidades, coincidieron analistas entrevistados por el Financial Times.

Del total de la matriz energética de México, alrededor del 50% está compuesta por gas natural y de este porcentaje, el 70% proviene de Estados Unidos, equivalente a casi 60,000 millones de metros cúbicos al año. Además, la producción interna ha estado disminuyendo durante la última década.

Esta dependencia provoca que el país sea vulnerable a fenómenos climáticos como las tormentas de nieve y al clima extremo en Texas, además de que el país carece de una  capacidad de almacenamiento muy baja.

Está dividido en esta dependencia muy natural porque Texas es muy competitivo con su gas natural y tiene mucho más sentido que México importe en lugar de aprovechar sus propios recursos

dijo Ryan Berg, director del programa de las Américas en el centro de estudios del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

Los retos del nearshoring

Con la guerra comercial entre Washington y Pekín algunas empresas están buscando trasladar su capacidad más cerca de la frontera estadounidense, lo que abre un sin fin de oportunidades para México.

Sin embargo, el país debe resolver su vulnerabilidad ante tormentas invernales como Uri, que en 2021 provocó cortes de electricidad en Texas que interrumpieron los flujos de gas y provocaron cortes de energía en grandes ciudades industriales como Monterrey.

Podrían crearse innumerables escenarios en los que el gobierno de Estados Unidos o México utilice los flujos de gas como arma política. En EU, ambos lados del pasillo en el Congreso podrían comenzar a cuestionar por qué el país está enviando gas a México

escribieron el año pasado investigadores del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia.

Asimismo, desde que llegó al poder el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tomó medidas para revertir la histórica apertura del sector petrolero a la inversión extranjera y su administración congeló los permisos regulatorios.

La candidata favorita en las encuestas para sucederlo, Claudia Sheinbaum, se ha mostrado más abierta a la inversión privada, pero los expertos coinciden en que lograr equilibrar el compromiso de su partido con el control de las empresas estatales como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) no será fácil.

“Mi sensación es que Claudia es más abierta a la formulación de políticas basadas en evidencia… Dicho esto, existe una gran pregunta que se cierne sobre toda la campaña, así como sobre una posible administración de Sheinbaum: ¿qué tan independiente va a ser?”, señaló Berg.

En Estados Unidos, el contexto político también está impactando en el gas natural, lo que llevó a que el presidente Joe Biden detuviera el otorgamiento de permisos para nuevas terminales de gas natural licuado con el objetivo de satisfacer a los ambientalistas.

Creo que el nearshoring es un cambio estructural que no es de corto plazo. (Pero) si quieres detonar el crecimiento, tienes que hacerlo en el primer año para poder ver los resultados cuando el mandato llegue a su fin

recalcó Oscar Ocampo, coordinador de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Con información de Financial Times

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