Fitch Ratings ratifica calificaciones de la CFE y pone sobre la mesa su dependencia al gobierno

Fitch Ratings ratifica calificaciones de la CFE y pone sobre la mesa su dependencia al gobierno

Este martes, la calificadora Fitch Ratings mantuvo los niveles de riesgo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE): a nivel nacional se mantiene en AAA(mex) para el largo plazo y F1+(mex) para el corto plazo; mientras que en el internacional, las calificaciones de riesgo emisor (IDR) de largo plazo y las emisiones de bonos se mantuvieron en BBB-, con una perspectiva Estable.

Sin embargo, pese a que estas evaluaciones son positivas, Fitch mantuvo la evaluación del perfil de crédito individual (PCI) de CFE en bb-. Este puntaje sirve para evaluar la salud financiera interna de la empresa, sin tomar en cuenta el respaldo del gobierno.

En este sentido, bb- es bajo y muestra que, por sí sola, sin la intervención de otros actores, la Comisión tiene algunos riesgos financieros internosEl vínculo estrecho entre la compañía y el gobierno mexicano contribuye a que la estatal mantenga una calificación más alta en el ámbito nacional.

Como resultado, el puntaje de la CFE está alineado con la calificación soberana de México (BBB- con perspectiva Estable). Además, Fitch ha elevado su evaluación sobre el respaldo que recibe la CFE por parte del gobierno, pasando de “Extremadamente Probable” a “Prácticamente Seguro”.

Estas calificaciones revelan que la solvencia financiera de la Comisión está directamente vinculada con la capacidad del gobierno mexicano para respaldarla en momentos de necesidad. 

El perfil crediticio de CFE depende de recibir apoyo financiero oportuno del gobierno federal; históricamente, el subsidio ha representado alrededor de 40% del EBITDA de CFE. Fitch espera que las transferencias totales del gobierno a CFE en 2025 sean de aproximadamente 85,000 millones de pesos y de alrededor de 87,000 millones en 2026,

destaca la agencia calificadora.

Retos y oportunidades de la CFE

Fitch Ratings identifica varios factores que podrían influir en el futuro de la CFE. Primero, la reforma energética y las leyes secundarias que refuerzan el control estatal sobre el sector eléctrico, requiriéndole una participación de mercado del 54% en la distribución de energía.

Segundo, el plan de expansión de CFE para 2025-2030, que involucra una fuerte  inversión, de aproximadamente 23,400 millones de dólares, con 53% asignado a generación de energía, 32% a transmisión, y 15% a distribución.

El plan tiene como objetivo aumentar la capacidad de ciclo combinado en 2,731 megavatios (MW) para 2028. Además, planea desarrollar cuatro proyectos renovables con una capacidad total de 4,404 MW para 2027, con el fin de fortalecer el sistema eléctrico nacional. 

Finalmente, CFE tiene una fuerte dependencia (más de 65%) al gas natural para la generación de electricidad. En este contexto, México importa alrededor del 70% de este hidrocarburo desde Estados Unidos, lo cual expone a la compañía frente a la escasez y fluctuaciones en los precios del gas natural y al tipo de cambio. 

Baches internos

La Comisión Federal de Electricidad cerró 2024 con una pérdida neta de 271,000 millones de pesos (mdp), como efecto del cambio en su régimen tributario, tras convertirse en empresa pública del Estado, como parte de la reforma energética aprobada al inicio del sexenio de Claudia Sheinbaum Pardo.

La compañía señaló que esto “dio lugar, por única ocasión, a un impacto en el resultado neto por cancelación de ISR diferido por 174,954 millones de pesos”, aunque la compañía aseguró que esto no causó un impacto en su flujo de efectivo.

La compañía reportó para el mismo periodo, un efectivo disponible por aproximadamente 131,400 mdp comparado con una deuda a corto plazo de alrededor de 141,000 millones. Para entonces, la deuda total ascendía a 560,300 mdp.

La calificadora de riesgo puntualizó que confía en que “la CFE continúe refinanciando su deuda a corto plazo”.

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