Los expresidentes de la Reserva Federal Janet Yellen y Ben Bernanke subrayaron que el banco central aún tiene más medidas que tomar para enfrentar el impacto del coronavirus en la economía.
“Las herramientas de los bancos centrales no pueden eliminar los costos directos del virus, incluyendo el sufrimiento y las pérdidas que generará. Sin embargo, la Fed puede ayudar a mitigar los efectos económicos del brote, particularmente al asegurarse de que, una vez que los efectos directos del virus estén controlados, la economía puede rebotar rápidamente”, escribieron ambos en una columna de opinión publicada en el Financial Times.
Idealmente, cuando los efectos del virus pasen, la gente regresará a sus trabajos y la economía volverá a la normalidad, dicen Yellen y Bernanke.
“Sí las relaciones económicas críticas se ven afectadas por meses de baja actividad, la economía podría tardar mucho tiempo en recuperarse. Negocios que eran saludables podrían tener que cerrar debido a los meses de bajos ingresos. Una vez que se declaren en bancarrota, restablecer créditos y volver a las operaciones normales no será fácil”, advierten.
“Si firmas financieramente emproblemadas despiden, o dejan de contratar, trabajadores, perderán empleados experimentados necesarios para retomar las actividades de negocios normales. O una familia sin ingresos temporalmente podría dejar de pagar su hipoteca y perder su casa”.
Crédito vital
Para evitar daños permanentes causados por la desaceleración provocada por el virus, es importante asegurar que el crédito esté disponible para quienes enfrentan un periodo de bajos ingresos o ventas.
“Los mercados financieros más importantes, incluyendo los de los bonos del Tesoro y los de activos respaldados en hipotecas, deben funcionar correctamente para que los prestamistas se sientan confiados para otorgar crédito a los hogares y a los negocios en tiempos tan inusuales”, explicaron como parte de una serie de opiniones publicada por el diario británico con el nombre “Coronavirus: la cura económica”.
El banco central estadounidense ya tomó medidas, como reducir su tasa de interés a entre 0 y 0.25%, reducir la tasa que se aplica para los préstamos que le solicitan los bancos y anunciar un programa de compra de bonos y activos respaldados por hipotecas por 700,000 millones de dólares.
Pero los expresidentes de la Fed destacaron que, históricamente, los bancos han sido renuentes a acudir a la ventanilla del banco para pedir préstamos, por las señales de debilidad que podrían enviar al mercado. Para solucionarlo, en la crisis financiera se implementó un programa denominado TAF (Term Auction Facility), que fue más exitoso a la hora de proveerles los fondos para que otorgaran financiamientos.
“La Fed también podría explorar una facilidad de financiamiento de bajo costo para que los bancos apoyen a los hogares y negocios afectados por la crisis”, recomiendan.
También sugieren que el banco central, con el apoyo del Congreso y el Tesoro, reinicien su programa de la Facilidad de Préstamos de Valores a Término Respaldados por Activos aplicado durante la crisis subprime, y que soliciten a los legisladores que les otorguen la autoridad para comprar montos limitados de deuda corporativa con grado de inversión, un poder que ya tienen muchos institutos centrales alrededor del mundo.