La contratación de nueva deuda para paliar los efectos del COVID-19 resulta un tema de doble filo para México. La economía mexicana está destinada a ver un aumento de la deuda total, debido a la caída del Producto Interno Bruto (PIB), pero la decisión de no contratar más financiamiento podría retrasar más la recuperación.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que hará todo lo posible para no contraer nueva deuda, ya que a su parecer es una política que no ha dado resultados.

“Seguimos sosteniendo que no va a aumentar la deuda en términos reales, no la aumentamos el año pasado y este año queremos que no aumente con relación al PIB, por eso estamos tomando algunas medidas, sobre todo de austeridad, estamos también eficientando la administración”, dijo López Obrador en su conferencia del lunes.

En abril, el Saldo Histórico de los Requerimienots Financieros del Sector Público (SHRFSP), la deuda total, sumó un máximo de 12.089 billones de pesos, un crecimiento real de 14.1% frente a abril de 2019. Mientras que en marzo, el SHRFSP representó 48.7% del PIB.

El subgobernador de Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, considera que bajo la lógica del Ejecutivo, el gobierno, en vez de optar por una recesión corta y después una deuda casi impagable, apuesta a tener una recesión un poco más complicada pero evitar una crisis de deuda que seguramente van a tener varios países.

Después que se desató la crisis de los años 80, en el 82, había un problema gigantesco de deuda que nos costó casi una década, es más, se llama la década pérdida, donde no pudimos crecer, tuvimos inflaciones de tres dígitos y fue la década posiblemente más complicada que hemos enfrentado en nuestra historia. Creo que lo que se quiere es evitar otra crisis de endeudamiento

dijo Heath en la conferencia del último informe trimestral de Banxico.

La deuda externa total de México se multiplicó por tres entre 1978 y 1987. En este lapso, el total de los reembolsos representó 3.5 veces el monto de la deuda del año 1978. La transferencia neta negativa total se elevaba a más de 26,000 millones de dólares. Mientras que el país vivió una fuerte recesión, pérdidas masivas de empleos y una dura caída del poder de compra, dice el documento ‘La crisis de la deuda mexicana y el Banco Mundial’.

Si bien es cierto que se está viendo hacia el mediano plazo, también se incurre en un riesgo de dejar caer a la economía de manera más dramática en el corto plazo, y el riesgo que deriva de esto es que, si la economía se cae más, el gobierno recauda menos y eso le va a poner una limitación más seria a la habilidad para cumplir con sus compromisos de deuda

dijo Alfredo Coutiño, director general de Moody’s Anlytics para América Latina.

Para 2020, Hacienda estima que el costo financiero Sumará 720,316 millones de pesos, alrededor de 3% del PIB.

Para no incurrir en deuda, el gobierno ha optado por reestructurar partidas del Presupuesto quitándole recursos a algunas actividades para dedicarlas a otras, como el recorte que ha ordenado a la administración publica de 75% en el gasto de operación.

No obstante, Coutiño estima que el efecto neto será muy pequeño sobre la economía, por lo que incluir el componente de endeudamiento responsable, le permitiría amortiguar a la economía, y salir más rápido de la crisis. Por lo pronto, prevé que el SHRFSP alcance hasta 60% del PIB al cierre de este año.

Va a aumentar independientemente de que AMLO quiera o no quiera, y si a eso le agregamos la inercia que puede generar, porque mientras más deuda contratas mayor carga de intereses vas a tener a futuro, pero si la economía no crece empiezas a tener un problema de liquidez y ese proceso es lo  puede derivar en una crisis de deuda para el país más adelante independientemente de que se quiera o no tomar endeudamiento

dijo Alfredo Coutiño.

La deuda, que por definición es resultado de la política de gastos y de ingresos del sector público, es una opción de financiamiento que presenta un costo de 5,000 pesos por persona para un incremento de 2.6% del gasto público, dice el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) en el documento Efectos del COVID-19 en la deuda pública.

El CIEP indica que si los recursos de la deuda son destinados para estimular la demanda agregada y, por ende, el crecimiento económico, el nivel de endeudamiento será compensado con mayores ingresos presupuestarios en el futuro.

Pero si por el contrario, aun sin aumentar el gasto, la deuda se incrementa debido a mayores requerimientos financieros para compensar el faltante de ingresos, sin que esta deuda ayude a salir de la crisis sanitaria y económica que, a medida que se prolonga, profundizará los problemas estructurales.