Por: Mario Maldonado y Jimena Tolama

Acapulco, Guerrero – La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) contempla aplicar estímulos fiscales adicionales para impulsar la economía mexicana ante el brote del COVID-19 en tres semanas, cuando el virus avance hacia la segunda fase, dijo en entrevista exclusiva el subsecretario, Gabriel Yorio.

La Secretaría de Salud y la Dirección General de Epidemiología determinaron tres fases de contingencia en el país. La primera es la de Importación viral, que involucra la detección de casos focalizados y que son importados, es decir, personas que viajaron al extranjero y que adquirieron la enfermedad.

La segunda fase es la de Dispersión comunitaria, donde los casos se cuentan por centenas y se pierde el origen de la infección, cuando el contagio comienza a darse de una persona a otra.

Yorio previó que México avanzará hacia esta fase en aproximadamente de dos a tres semanas, por ello, la aplicación de más estímulos fiscales.

“Por la parte fiscal, tenemos que empezar a pensar cómo nos van a afectar las diferentes fases del coronavirus. Podemos darlos y ya lo discutimos con la banca de desarrollo”, explicó Yorio, quien asistió a 83 Convención Bancaria.

Especificó que las primeras en la línea de ayuda serán las pequeñas y medianas empresas, las cuales emplean al 60% de la población económicamente activa, que pueden ver mermado su negocio por problemas de liquidez, en caso de estar relacionadas a sectores afectados. 

Por ahora la dependencia aplica tres medidas que les sirvan de respiro: líneas de crédito, un periodo de gracia para el pago de créditos o un refinanciamiento, así como establecer un mecanismo de contragarantías para empresas sin acceso a crédito. 

“Luego puede venir, ahora sí, un paquete de estímulos fiscales. Se viene la declaración anual y no buscamos que se exente el impuesto, pero sí que se pague después para que no golpee el flujo económico de la gente”.

El funcionario agrega que los gobiernos estatales deberán aplicar las mismas medidas. 

En medio de la propagación del COVID-19 en el mundo, los países comenzaron a aplicar paquetes de estímulos y ajustes en su política monetaria para contener los efectos en las economías, como China y Estados Unidos. 

Yorio reitera que México se enfoca en decisiones presupuestales y de incentivos para anticiparse a un iminente impacto en la actividad económica del país.  

Meta de superávit, ¿se modifica? 

Hoy el gobierno persigue una meta de superavit de 0.7%, un relajamiento respecto al 1% de 2019. 

Este porcentaje, que representa la diferencia entre los ingresos totales, menos los gastos de gobierno -que funcionan para pagar intereses sin incrementar la deuda- fue contemplado en el entorno de desaceleración del país. “Lo que no se preveía era esta desaceleración con el coronavirus y la guerra de precios del petróleo”. 

Dijo que el hecho de haberlo relajado en esta ocasión no se contrapone al espíritu de mandar una señal correcta de sostenibilidad en las finanzas. 

Sin embargo, en cuanto a las perspectivas de crecimiento de México, ante el nuevo contexto, Yorio dijo que las autoridades hacendarias harán una revisión sobre cuáles serán los impactos a observar, lo que determinará la proyección que incluirán en la revisión del marco macroeconómico que presentarán en abril, como parte de los precriterios de política económica. 

“Ahí haremos la revisión de las variables económicas y publicaremos nuestros ajustes”.

Yorio considera que en el entorno de volatilidad actual no se prevé una crisis financiera internacional, pese a los episodios de los últimos días, que han provocado caídas históricas en los principales índices accionarios de Estados Unidos, así como la suspensión de operaciones en las bolsas de valores, incluidas las de México.

La situación, dice, es muy parecida al caso del virus de la influenza AH1N1, que tuvo características similares al COVID-19 en términos de contagio y propagación. “Pero lo importante es la reacción o actividades de contención que se realicen, porque eso es lo que amortiguará el impacto a la economía”. 

El subsecretario considera ve en el caso de 2009 una lección y reitera que en esta ocasión hay un mayor y mejor seguimiento.