Frente a un escenario de desaceleración en Estados Unidos, algunos funcionarios de la Casa Blanca analizan opciones para impulsar la economía.

Dos de las cartas son un potencial recorte del impuesto sobre la nómina y revertir algunos aranceles a productos chinos, de acuerdo con reportes de The Washington Post y The New York Times.

Estas posibles medidas contrastan con las recientes declaraciones del presidente Donald Trump, quien asegura que el país está “tremendamente bien” y que además “no hay recesión a la vista”.

Las conversaciones están en etapas iniciales, mientras no han decidido si presionar al Congreso para aprobar la medida, de acuerdo con personas con conocimiento del tema.

La Casa Blanca emitió una declaración en la que cuestionaba que la idea estaba bajo “consideración”.

Como dijo ayer (el director del Consejo Económico Nacional, Larry Kudlow), hay más recortes de impuestos para el pueblo estadounidense, pero reducir los impuestos sobre la nómina no es algo que se esté considerando en este momento,

dijo en un comunicado.

El Post recordó que millones de estadounidenses pagan un impuesto sobre la nómina de 6.2% que se utiliza para financiar programas de seguridad social.

El impuesto se redujo por última vez en 2011 y 2012 a 4.2% durante la administración de Obama como una forma de alentar un mayor gasto del consumidor durante la recesión económica de 2009. Pero en 2013 se elevó al actual 6.2%.

Poco probable cambio en aranceles

Es poco probable que Trump revierta abruptamente el curso de los aranceles que ha impuesto a los productos chinos, que según el republicano están perjudicando a China, pero no a los consumidores estadounidenses, de acuerdo con el NYT.

A pesar de posponer hasta diciembre los aranceles a algunos productos tecnológicos provenientes de China, otros entrarán en vigor a partir del 1 de septiembre.

Asesores de Trump le han expresado en privado su preocupación por los giros del mercado y el efecto de los aranceles.

Analistas de JPMorgan dijeron el lunes que las barreras a las importaciones chinas por un valor de 250,000 millones de dólares equivalen a un impuesto de aproximadamente 600 dólares anuales en un hogar estadounidense promedio, con la entrada de los aranceles en diciembre el costo aumentará a 1,000 dólares por hogar.