Tras el impacto negativo de la pandemia de COVID-19 en el mercado laboral del país, la recuperación de la población ocupada se basó en el sector informal. 

Al cierre de septiembre de este año, la población ocupada en México ascendió a 55.12 millones de personas, frente a 50.90 millones un año atrás, dando la incorporación de 4.21 millones de ocupados.

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De este total de nuevos ocupados, el 71.8% se integró bajo condiciones de informalidad, es decir, siete de cada 10 empleos creados fueron informales,  de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) define la informalidad laboral como la suma, sin duplicar, de los ocupados que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, con aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo.

Más del 70% de las mujeres se ubicó en la informalidad

De los 4.21 millones de nuevos ocupados, 45.4% corresponde a mujeres y 54.6% a hombres.

Las 1.91 millones de mujeres ocupadas en septiembre, 71.6% entró a trabajar en el sector informal; y de los 2.30 millones de hombres ocupados, 71.9% lo hizo bajo las mismas condiciones laborales. 

Otra forma de analizar la zozobra de los nuevos ocupados es por su condición de acceso a las instituciones de salud. De los 4.21 millones de personas ocupadas que se integraron, 68.7% no tiene acceso.

Estos resultados van en sintonía con la vocación de los sectores económicos a los que se incorporaron.

Tal es el caso del comercio, el cual registró más nuevos ocupados a septiembre, con 844,680 personas; le siguió el rubro de restaurantes y servicios de alojamiento, con 748,466. Ambos concentraron 37.8% de los 4.21 millones.