La economía mundial enfrenta la peor crisis económica desde la Gran Depresión de 1929, derivado de la pandemia del COVID-19 y los niveles de empleo han sido duramente golpeados.

Para el caso de México, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que el desempleo alcanzará un nivel récord a finales de 2020 y sólo empezará a disminuir en 2021.

En sus perspectivas para el empleo en 2020, la OCDE indica que se basa en dos escenarios (con y sin un segundo brote de la pandemia más adelante en 2020), pero en ambos prevé que el empleo en México disminuya sólo marginalmente en 2020 y vuelva a los niveles previos a la crisis en el segundo trimestre de 2021.

Sin un segundo brote, la OCDE prevé que la tasa de desempleo de México alcance un máximo de 7.2% en el segundo trimestre de 2020, para caer a 5.9% a finales de 2021. Mientras que, con un escenario de rebrote pronostica tendencias similares, pero con un pico en la tasa de desempleo de 7.5% en el cuarto trimestre de 2020.

Para toda la región, pronostica que la tasa de desempleo sea de 9.4% a fines de 2020, por encima de cualquier pico histórico, y aún de 7.7% para el próximo año. Además, para 2021 habrá llevado el ingreso real per cápita en la mayoría de las economías a los niveles de 2016, incluso en ausencia de una segunda ola de infecciones.

En tiempos de crisis, la ‘normalidad’ suena muy atractiva. Sin embargo, nuestra normalidad no era lo suficientemente buena para las muchas personas sin trabajo o con trabajos precarios, malas condiciones de trabajo, inseguridad de ingresos y límites en sus ambiciones

dice en el documento, José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE.

El estudio también indica que durante los dos primeros meses de la crisis de COVID-19 en México, el país experimentó una de las mayores caídas en horas trabajadas entre todos los países miembros de los que dispone de datos, con una baja de 22%.

La Organización señala que los países de la región han adoptado medidas masivas para aumentar el apoyo a los ingresos, así como para introducir o ampliar los planes de retención del empleo, cuya adopción no tiene precedentes en algunos países, pero a medida que las economías se reabren y la actividad se recupera, los responsables de las políticas públicas deberán acompañar la recuperación estableciendo un equilibrio entre la prestación de un apoyo continuo y el fomento de la actividad empresarial.

México ha dado el pago anticipado de las pensiones para adultos mayores y personas con alguna discapacidad, así como prestamos a los trabajadores por cuenta propia, los trabajadores rurales, las empresas familiares y los grupos vulnerables.

Adicionalmente, varios estados han adoptado medidas fiscales como el aplazamiento del pago de impuestos, descuentos en los impuestos sobre la nómina y los impuestos sobre la propiedad, o la reducción de impuestos especiales como la propiedad de vehículos, así como aplazamientos de la inspección fiscal.

Por otro lado, el reporte también arroja que, a diferencia de otros países miembros, para México el teletrabajo o trabajo a distancia no es tan fácil de implementar.

El cambio generalizado al teletrabajo no es factible para los hogares que no tienen una computadora o acceso a internet en el hogar, o es difícil debido a limitaciones de espacio o porque los dispositivos deben compartirse entre los miembros del hogar.

En promedio en la OCDE, alrededor de 87% de los hogares tienen acceso a internet en sus hogares, aunque la proporción es menos de la mitad en Colombia y México; mientras tanto, casi 81% de los hogares en la OCDE tienen acceso a una computadora en casa, con menos de 50% de los hogares en Colombia, México y Turquía.

De acuerdo con la OCDE, las políticas públicas deben sostener la inversión pública y privada, especialmente en infraestructura verde y otras infraestructuras esenciales y, en general, para fomentar la creación de empleo.

Adicionalmente, los responsables de las políticas púbicas deberán modificar y ajustar la composición y las características de sus paquetes de apoyo, apuntando a donde más se necesita y alentando un retorno al trabajo donde sea posible.

Si toman estas decisiones correctamente, podremos mirar hacia atrás en 2020 como un año de crisis, navegado con éxito. Si se equivocan, muchas personas sentirán las consecuencias durante mucho tiempo.