El comercio exterior, uno de los principales motores de la economía mexicana y que hasta ahora ha sido uno de los más dinámicos, comienza a dar signos de debilitamiento.
En septiembre, la importación de mercancías cayó 2.4% con series desestacionalizadas; las importaciones de bienes de consumo bajaron 2.6%, las de capital cayeron 3.6% y las compras de bienes intermedios retrocedieron en 2.2%, según cifras del INEGI.
Éstos últimos (bienes intermedios), al estar más vinculados a los volúmenes de los procesos productivos al interior del país, podrían apuntar a una menor actividad económica durante el mes, pues la sección no petrolera bajó en 2.3% (mensual)
dijo Monex en un análisis.
Banorte, en tanto, publicó que esto pudo deberse a que estas importaciones fueron afectadas por la huelga de General Motors, ya que una gran cantidad de componentes utilizados en la fabricación doméstica provienen de Estados Unidos.
La semana pasada, INEGI publicó que el Producto Interno Bruto aumentó 0.1% en términos reales en el tercer trimestre de este año frente al trimestre previo, con cifras ajustadas por estacionalidad, mientras que a tasa anual cayó 0.4%, la primera baja anual desde finales de 2009.
“La Balanza sigue contribuyendo a las preocupaciones sobre el crecimiento”, publicó Monex.
A tasa anual, las importaciones y las exportaciones registraron una caída con cifras desestacionalizadas de 5.2 y 3.4%, respectivamente, y las exportaciones automotrices sufrieron una caída de 7.3% la mayor desde mayo de 2018.
En el caso de las exportaciones, uno de los factores que puede resultar como un lastre es la apreciación que ha tenido el peso mexicano. Entre septiembre y octubre la moneda se apreció 4.726%, con lo que es la segunda moneda emergente con mayores ganancias ante el dólar
La tregua comercial de Estados Unidos y China; menores temores a que haya un Brexit duro; altas expectativas de que el T-MEC sea ratificado y los recortes de la Reserva Federal en su tasa de interés, han ayudado a la moneda mexicana en las últimas semanas.
Si bien la apreciación del peso suele ser usada como un barómetro para medir el desempeño de la economía por gran parte de los mexicanos, este súper peso puede ser un obstáculo para el sector exportador, ya que un peso más fuerte vuelve menos competitivas a las exportaciones.
En este sentido, todo apunta a que Banco de México recortará una vez más la tasa de interés referencial en su reunión de política monetaria del 14 de noviembre, incluso, algunos analistas esperan un recorte de hasta 50 puntos base.
Lo anterior, podría darle un ligero respiro a la economía mexicana y restarle algo de atractivo al peso mexicano.
Por lo pronto, los economistas de Banorte consideran que la desaceleración de las exportaciones manufactureras de México seguirán débiles al menos en octubre, principalmente por el sector automotriz, esto porque la huelga de GM que duró poco más de 30 días hasta el 25 de octubre y afectó las operaciones de la empresa en la planta de Silao y a cerca de 6,000 trabajadores, al interrumpirse las cadenas de suministro.
“Dado el elevado nivel de integración de las cadenas productivas, su considerable participación dentro de las exportaciones de vehículos (con alrededor de 25% del total exportado de esta marca en lo que va del año) y con estas noticias, creemos que las importaciones de bienes intermedios no petroleros podrían presentar un mayor impacto que el observado en el reporte de hoy”, dijo Banorte en un reporte.