La ratificación del nuevo TLCAN, ahora llamado Tratado Comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), enfrenta algunos obstáculos para lograr su ratificación. El acuerdo debe tener el visto bueno de los legisladores demócratas en Estados Unidos, pero su discusión podría extenderse ante las disputas políticas en ese país de cara a la elección presidencial de 2020.
El T-MEC está en el centro del forcejeo de las fuerzas políticas del Congreso de Estados Unidos, en donde los senadores son de mayoría republicana, afines a las políticas del presidente Donald Trump, pero la Cámara de Representantes es dominada por los demócratas.
El problema no es el tiempo que tarden en ratificar el Tratado, sino que Donald Trump puede usar el T-MEC como arma para favorecer sus intereses políticos ante el Congreso, y para ejercer presión podría amenazar con abandonar el pacto, como ha sucedido en los últimos dos años
dijo Delia Paredes Mier, directora ejecutiva de análisis y estrategia de Banorte-Ixe.
En este contexto, el debate político amenaza con generar volatilidad en los mercados financieros ante las posibles riñas entre Trump y los demócratas.
Seguimos operando con el TLC original, mantenemos el libre comercio con Estados Unidos, sin embargo, puede generar mucha incertidumbre y podemos ver movimientos importantes en el tipo de cambio y los rendimientos en las tasas de interés en México y con la incertidumbre se puede desalentar la inversión
dijo Alejandro Saldaña, economista en jefe de Ve por Más.
El jaloneo político en el legislativo estadounidense también estará marcado por la elección presidencial del 3 de noviembre de 2020. Los demócratas pueden ganar fuerza al impedir que con el retraso en la implementación el acuerdo comercial sea utilizado como una promesa incumplida del gobierno republicano de Donald Trump.
Ruta legislativa
Los demócratas han manifestado su desagrado en algunos rubros del Tratado relacionados con disposiciones laborales, tema en el que se concentrará el debate en el legislativo estadounidense, debido a la estrecha relación de los demócratas con los sindicatos de su país, que acusan que el bajo nivel salarial en México es el principal factor para que las empresas automotrices instalen sus plantas en este país.
En tanto, los legisladores mexicanos trabajan en los detalles para presentar en abril una iniciativa de reforma laboral que busca mejorar las condiciones de los trabajadores, mientras que la Cámara de Senadores espera recibir el proyecto del T-MEC el 1 de septiembre para su aprobación.
La reforma y el alza al salario mínimo de este año son un avance significativo que permitirá al gobierno de México cumplir, de forma paulatina, con el compromiso de mejorar el nivel salarial al que se comprometió en el TLCAN
comentó Janneth Quiroz Zamora, subdirectora de análisis económico de Monex.
Por ahora, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos debe entregar a la Casa Blanca una evaluación sobre el impacto del pacto comercial a más tardar el 14 de abril, proceso que se extendió 30 días debido al paro parcial que vivió el gobierno. El documento contiene los cambios que deberá hacer el gobierno en materia comercial para cumplir con el Tratado.
Durante los 30 días después de la entrega, la Casa Blanca deberá redactar el proyecto de ley para dar paso a su discusión en el Congreso por lo que los especialistas estiman que el acuerdo se ratifique en agosto de este año y su implementación en 2020.
Robert Lighthizer, el representante comercial de Estados Unidos, ha advertido que si el Congreso no aprueba el T-MEC, otras iniciativas comerciales de su país, incluidos los planes para lograr un acuerdo con China, no tendrán sentido.
“No hay un programa de comercio en Estados Unidos si no aprobamos el USMCA (T-MEC, por sus siglas en inglés). Si el Congreso no considera oportuno aprobar eso, entonces todo lo demás es como una nota al pie de página”, dijo en la Cámara de Representantes el 27 de febrero.