La economía de México y el mundo enfrenta uno de los mayores desafíos desde la crisis financiera de 2008-2009, un cisne negro llamado COVID-19 o coronavirus de Wuhan, que ha puesto en jaque a bancos centrales y los hacedores de políticas públicas.

En el caso de México, hasta ahora la cifra oficial es de siete personas contagiadas, sin embargo, la volatilidad que impera a nivel mundial ha golpeado con fuerza a los activos mexicanos como el petróleo y el peso, lo que ha llevado a Banco de México y a Hacienda a garantizar la liquidez en el mercado cambiario con las subastas de dólares.

¿Y qué tan bien posicionado está México para enfrentar una crisis generada por el COVID-19?

Las condiciones macroeconómicas son sólidas. Las finanzas públicas están en buena posición y las tasas de interés tienen espacio para actuar hacia cualquier dirección. Sin embargo, en la medida que la economía de Estados Unidos se vea afectada, Mexico será el primero en sufrir, y no se puede descartar un escenario en el que caiga en recesión

dijo Marco Oviedo jefe de análisis económico para América Latina de Barclays.

Oviedo comentó que, la situación puede compararse a 2008-2009 respecto a las consecuencias globales y el impacto en la economía, pero en 2008, el choque fue más evidente y en esta ocasión, la incertidumbre sobre la magnitud del choque es lo que más pesa en la percepción del riesgo.

En 2019 la economía mexicana cayó 0.1% anual, su peor desempeño en una década, y previo a la aparición del COVID-19, el consenso de los analistas esperaba que la economía mexicana creciera hasta 1%, sin embargo, el panorama se ha nublado.

México corre el riesgo de ser uno de los países que sentirán un efecto amplificado, no solo por el poco margen de sus políticas fiscal y monetaria sino también por su debilidad macroeconómica

dijo Alfredo Coutiño, director general de Moody’s Analytics para América Latina.

Para Coutiño, México no se librará de otra recesión si la enfermedad causada por el Coronavirus se convierte en una pandemia, y México sufriría no solo por la proliferación de la infección y su sistema de salud debilitado, sino también por los efectos económicos provenientes del resto del mundo.

Banxico, con margen para actuar

En días recientes varios bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos, el banco central de Canadá y el de Australia recortaron su tasa de interés referencial para paliar los efectos que pueda tener el coronavirus de Wuhan.

En una reunión de emergencia, la Fed  recortó en 50 puntos base su tasa de interés para dejarla en un rango de 1.0-1.25%, algo que no sucedía desde la crisis de 2008

En este sentido, el mercado espera que Banco de México recorte su tasa referencial en 50 puntos base en la siguiente reunión de política monetaria (26 de marzo), pese a la reciente depreciación que ha tenido el peso. 19 de los 25 economistas encuestados por Citibanamex espera un recorte de medio punto porcentual.

“La Fed seguramente bajara la tasa nuevamente el 18 de Marzo. (Banxico) Tiene suficiente espacio”, dijo Oviedo.

Por lo pronto, los participantes de la encuesta de Citibanamex revisaron a la baja sus expectativas para el crecimiento del PIB de 2020 a 0.7% desde 0.9%.

Arturo Herrera, secretario de Hacienda, dijo el martes en una conferencia de prensa que desde inicios del año Hacienda se ha encargado de blindar las finanzas públicas.

“Una de las fortalezas institucionales más importantes de la Secretaría de Hacienda, y no es algo que venga de cuando nosotros iniciamos hace un poquito más de un año, sino es algo que se ha venido construyendo, yo diría, sobre todo a partir de 1995, es el tratar de construir finanzas públicas que están diseñadas sobre un marco de extraordinaria cautela. Es decir, se está tratando de dejar a la economía blindada frente a escenarios muy malos”, dijo Arturo Herrera.

Señaló que 78% de la deuda pública está denominada en pesos, y alrededor de 81% está a tasa fija. Mientras que 100% de la deuda externa está a tasa fija, y la mayor parte a largo plazo.

Además, recordó que el país tiene líneas de crédito flexibles. Una con el Fondo Monetario Internacional por 61,000 millones de dólares; otra con el Tesoro de Estados Unidos por 9,000 millones de dólares.

Y la tercera, son los fondos que permiten absorber los choques en los ingresos a lo largo del año: el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, que tenía un saldo, al cierre del año, de 158,000 millones de pesos, y el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas que tenía cerca 60,000 millones de pesos.

En tanto, al 6 de marzo, el saldo de las reservas internacionales era de 185,571 millones de dólares según cifras de Banxico.