Los indicadores adelantados compuestos (CLI, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) apuntan a una mejora significativa de la economía, luego de la desaceleración sin precedentes alcanzada en el apogeo de la crisis generada por la pandemia en abril.

No obstante, la OCDE también señala que la recuperación se mantiene frágil, ya que la incertidumbre persiste en torno a la posibilidad de futuras medidas de confinamiento.

El CLI está diseñado para proporcionar señales tempranas de puntos de inflexión en los ciclos económicos que muestran la fluctuación de la actividad económica en torno a su nivel potencial de largo plazo. Los CLI muestran movimientos económicos a corto plazo en términos cualitativos más que cuantitativos.

Los CLI se recuperaron fuertemente en la mayoría de las grandes economías de la OCDE, ya que las restricciones relacionadas con el COVID-19 se han aliviado gradualmente y la incertidumbre se ha reducido, pero permanecen por debajo de los niveles registrados antes del brote de coronavirus y muy por debajo de las tendencias de largo plazo.

En Estados Unidos, el CLI se ubicó en 95.7 desde 93.1 de abril, pero lejos de los 99.3 puntos que alcanzó en julio de 2019.

Para el promedio de las seis economías más grandes que no son integrantes de la OCDE (China, Brasil, India, Indonesia, Rusia y Sudáfrica) el CLI fue de 97.1 en junio, frente a 93.9 de abril. Mientras que para la región de la OCDE, considerando que solo se contó con datos de 75% de los países que la integran, el CLI de junio se ubicó en 97.1 el mes pasado, desde 93.8 de abril.

China, la segunda economía más importante del mundo y en donde el COVID-19 golpeó primero, mostró también una recuperación al subir a 99.3 en junio, con lo que volvió a niveles precrisis, luego de que en febrero se desplomó a 85.8.

Para México, los datos mostraron que el CLI se ubicó en 98.9 en junio, frente a 98.6 de marzo y 99.7 de junio de 2019.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, en las circunstancias actuales, los CLI deben interpretarse con cuidado como una considerable incertidumbre en torno al impacto de los bloqueos actuales y las transiciones fuera de los bloqueos

dice la OCDE en su reporte. 

Como siempre, la magnitud de la disminución de la CLI no debe considerarse como una medida del grado de contracción de la actividad económica, sino más bien como una indicación de la intensidad de la señal.

Para la economía mundial, la OCDE, encabezada por el mexicano José Ángel Gurría, prevé una caída en la actividad de 6.0% este año y una recuperación de 5.2% para 2021, esto en el escenario en el que el virus se mantenga bajo control.

Los países que integran la OCDE en tanto, verían una caída promedio de 5.7% y una recuperación de 5.5% en 2021.

Mientras que en el escenario negativo, prevé una baja para la economía mundial de 7.6% y una recuperación de solo 2.8%. El grupo de la OCDE tendría una caída promedio de 9.3% y una recuperación de 2.2%.