La Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021 con un déficit de 718,193.4 millones de pesos, un monto que podría aumentar y generar una mayor presión a las finanzas públicas del país en caso de que la economía mexicana no se recupere como estima la Secretaría de Hacienda.

La única manera en que se pueda cubrir este déficit, que es la diferencia entre los ingresos y gastos del gobierno, es con deuda o haciendo recortes al gasto, consideró Raymundo Tenorio, economista del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

 Cualquier déficit es un faltante de caja y al ser un faltante de caja requiere cubrirse con deuda para cubrir  el gasto que se pretende ejecutar porque los ingresos no son suficientes,

 dijo Tenorio.

Por cada punto que no crezca el Producto Interno Bruto (PIB) como lo estiman en Hacienda, que es de 4.6%, es posible que este déficit se eleve en 8% más, es decir, se ampliaría en alrededor de 59,000 millones de pesos más, expuso el economista del ITESM.

El déficit del 2021 representa un crecimiento del 27.4%, en términos reales y respecto del déficit que se aprobó para este año por 563,555 millones de pesos. Es el más alto que se haya registrado desde 2015, año en que la deuda del país creció de manera significativa.

Hacienda prevé una trayectoria descendiente para el déficit público en lo que queda de este sexenio; en 2021 representará 2.9% del PIB y estima que en 2024 se ubique en 2% del PIB, según indica en los Criterios Generales de Política Económica 2021.

La disminución se verá apoyada con la eventual normalización de la actividad económica asociada a la disponibilidad de una vacuna contra el COVID-19, las mejores condiciones en el sector petrolero y el impulso que brindará el T-MEC al comercio y la inversión, menciona Hacienda.

Remanente de Banxico será menor a lo esperado

Un aspecto que podría mejorar la situación de las finanzas públicas ante la caída de los ingresos tributarios y petroleros, de acuerdo con Hacienda, es el remanente de operación que registre el Banco de México (Banxico) y que podría entregar una parte al gobierno en abril del próximo año.

Sin embargo, este remanente podría ser menor de lo que están esperando; aunque la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria dice que lo deben destinar al pago de deuda y al FEIP, lo más seguro es que se paguen los intereses de la deuda.

 A mí lo que me preocupan son los ingresos petroleros, no me es obvio que con estos ingresos se cubra todo lo que se quiere, y creo que hay riesgos de que en el 2021 tengamos ya un déficit primario,

 comentó el director del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP), Héctor Villarreal.

Para este año, el balance primario -ingresos menos gasto, sin considerar el costo financiero de la deuda- se estimaba con un superávit de 186,155 millones de pesos, mientras que para el 2021 se prevé un menor superávit de 6,205.1 millones de pesos.

Si el balance primario es positivo, esto quiere decir que no estás pidiendo prestado para pagar intereses y amortización de la deuda, explicó Gabriel Farfán, consultor en finanzas públicas y director de Comunidad Mexicana de Gestión Pública.

“Al no crecer 4.6%, el déficit se va a aumentar y no vas a poder cumplir con el gasto porque los ingresos se te van a caer, salvo que hagas un fuerte recorte al gasto y entonces automáticamente ese balance primario se te va a desaparecer en los primeros meses”.

Presupuesto: conservador y sin aportación al PIB

Tras una larga discusión del presupuesto, las diputadas y los diputados aprobaron un gasto total por 6.29 billones de pesos, monto 0.3% menor al gasto público que se aprobó para este año.

El problema de este gasto es que no representa un proyecto de reactivación económica para hacer frente a la crisis que vive el país por efecto de la pandemia del COVID-19.

 El gasto público nunca ha sido algo que active la economía en México, en otros países sí, pero aquí no porque es un gasto muy chiquito, respecto al gasto de inversión que requiere la economía,

  planteó Tenorio.

El Paquete Económico 2021 es meramente conservador y si se hubieran sacrificado algunos puntos del PIB en el balance primario, creo que las calificadores no se lo hubieran cuestionado al gobierno por la situación que vive todo el mundo, añadió el director del CIEP.

Si bien las calificadora Fitch Ratings ratificó la calificación crediticia de México en “BBB-” con perspectiva estable y con el grado de inversión, sus perspectivas de sostenibilidad en el largo plazo no fueron muy positivas.