Las crisis económicas suelen afectar con mayor fuerza a las personas de menores recursos que, sin embargo, aún en momentos complicados, es el segmento que busca hacerle frente a sus pagos bancarios para no tener un mal historial.
En este escenario, las personas afectadas que reciban algún apoyo del gobierno para enfrentar la crisis económica que ya ha generado la pandemia del nuevo coronavirus se verían en la disyuntiva de destinar ese ingreso para el pago de sus créditos.
Bancos como Azteca, Banco Ahorro Famsa, BanCoppel y el conglomerado financiero Gentera, son algunas de las instituciones enfocadas a préstamos a las personas más vulnerables que generalmente laboran en el sector informal o a usuarios con pequeños negocios.
En una crisis como la que estamos inmersos, todos los bancos a mediano plazo van a ver que sus índices de morosidad incrementan. Y aunque resulta paradójico, estos segmentos (de menores ingresos) son mejores pagadores que los de arriba
dijo Mario di Constanzo, expresidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Comentó que se corre el riesgo de que, si el gobierno no da estímulos fiscales o apoyos para salvaguardar el empleo, los apoyos que reciban las personas van a ser utilizados para pagar las deudas que ya tienen y se va a perder el objetivo de los estímulos gubernamentales.
La calificadora Fitch dijo a finales de marzo que la calidad crediticia de los bancos medianos y pequeños, que generalmente se caracterizan por tener modelos de negocios más concentrados con un alto enfoque en préstamos a pymes o préstamos al consumidor de segmentos de menores ingresos, podría ser más sensible al deterioro de la calidad de los activos.
Esto, porque la caída en la actividad económica afectará el crecimiento de la cartera de crédito ante una menor demanda de usuarios y, además, aumentará los niveles de morosidad.
Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo, dijo el miércoles que tan solo entre el 13 de marzo y el 6 de abril se perdieron 346,878 puestos de trabajo, en medio del cierre de empresas y negocios, como parte emergencia declarada para disminuir el ritmo de contagios del COVID-19.
Es decir, en 24 días se destruyeron poco más de los empleos creados en 2019, cuando se registraron 342,077 nuevas plazas, según cifras del IMSS.
Mientras tanto, la agencia Moody’s rebajó ayer la calificación de Azteca a ‘Ba1’, de ‘Baa3’, y su perspectiva pasó de ‘estable’ a ‘negativa’.
Entre las razones están los desafíos que enfrentará el modelo de negocio del banco, la calidad de los activos y la rentabilidad, en un escenario de contracción económica, derivadas de las medidas de contención, dada su alta concentración en sectores de riesgo relativamente mayor.
En el caso de Gentera, Barclays indica que sus clientes son trabajadores de la economía informal cuyas ventas dependen mucho del tráfico de la calle, por lo que podrían verse afectados rápidamente por una menor actividad económica.
Además, la contingencia también implica la interrupción en el modelo de negocio de la compañía que se basa en reuniones grupales para desembolsos y reembolsos como una forma de aumentar la presión social para el reembolso.
Mira cómo las acciones de Gentera han perdido 57% desde finales de febrero.
Si bien se espera que aumenten los índices de morosidad, no va a ser tan diferente como sería en bancos grandes. No hay vuelta de hoja, y más con el dato tan dramático del empleo
dijo Di Constanzo.
Por lo pronto, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que otorgará un millón de créditos de 25,000 pesos para pequeños negocios del sector formal e informal, con “garantía a la palabra”, los cuales tendrán tres meses de gracia.
El presidente dijo ayer que los bancos Azteca, Banorte y Santander recibirán del 20 al 30 de abril los padrones de beneficiarios, para que el 30 cuenten con el dinero que podría ser entregado el lunes 4 de mayo a por lo menos 250 personas por sucursal.
Los créditos podrían resultar insuficientes para los gastos de pequeñas empresas como la renta o la nómina. Por lo que para el expresidente de la Condusef, sería recomendable otorgar a los pequeños y medianos negocios el diferimiento de impuestos, de luz, de cuotas sociales de los trabajadores, y dependiendo del tamaño de cada empresa, un crédito a través de Nafin, de por lo menos el equivalente a cuatro meses de sus ventas mensuales.
Hasta ahora, ni Banco Azteca, Gentera, BanCoppel, ni Banco Ahorro Famsa, han anunciado programas de apoyo para sus clientes, como el diferimiento de pagos, algo que ya hicieron otros bancos de gran tamaño.