El comercio exterior de México mostró signos de debilidad durante julio pasado, manifestando el impacto de la fase recesiva de Estados Unidos y la baja productiva por los elevados niveles inflacionarios.
De acuerdo con datos desestacionalizados, la balanza comercial del país registró un déficit de 4,401 millones de dólares en el séptimo mes del 2022, producto de caídas tanto en exportaciones como en importaciones.
El déficit comercial referido fue 26.66% menor al saldo negativo de junio pasado, cuando se ubicó en 6,001 millones de dólares.
Exportaciones rompen racha de crecimiento
Las exportaciones sumaron 49,016 millones de dólares en julio, que representó una disminución de 0.26%, tras una racha de tres meses de crecimientos.
Una de las principales razones es la fase recesiva que vive la economía estadounidense, el principal consumidor de la industria mexicana. Se añade que aún continúan las disrupciones en las cadenas globales de suministro.
Dentro de las exportaciones, las manufactureras se contrajeron 0.91%, de las cuales, las ventas automotrices al exterior llegaron a desplomarse 4.22% a tasa mensual, su peor resultado en los últimos cuatro meses.
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Inflación y corrección de precios contraen importaciones
En tanto, las importaciones mexicanas fueron de 53,417 millones de dólares en julio de este año, 3.13% por debajo del monto de junio pasado. Esta caída se da después de cinco meses con aumentos mensuales.
La mayor losa de las importaciones es el panorama de los productores mexicanos, que observan como la inflación al productor presentó en julio su quinto mes seguido con tasas anuales superiores a 10%.
A lo anterior se añaden los altos niveles inflacionarios en el mundo, situación que desincentiva la reactivación de la demanda.
Además, la corrección de los precios internacionales de algunas materias primas contrajo algunos rubros de las importaciones, como las compras petroleras que cayeron 6.9%.