La agencia de calificación Fitch revisó a la baja nuevamente este martes la nota de la deuda de Rusia, una decisión que significa que el riesgo de un default soberano es, a sus ojos, “inminente”.

Fitch, como las otras grandes agencias de calificación, colocó a principios de marzo la nota de la deuda a largo plazo de Rusia en la categoría de riesgo de no poder reembolsar su deuda, pero decidió bajarla nuevamente debido a la evolución de eventos.

La agencia decidió bajarla nuevamente de “B” a “C”, debido a la evolución de eventos “que han socavado la voluntad de Rusia de reembolsar la deuda pública”.

Cuanto más baja sea esta nota, menos acreedores confiarán en el país y menos posibilidades tendrá de captar dinero a tasas de interés razonables.

Para justificar su decisión, Fitch evocó un decreto presidencial de 5 de marzo que autoriza a Rusia a reembolsar a los acreedores de algunos países en rublos en vez de monedas extranjeras.

La agencia también mencionó una decisión del banco central ruso de limitar la transferencia de algunas obligaciones a los no residentes.

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Rusia, golpeada por las sanciones

Además, Rusia, confrontada a un arsenal de sanciones por la invasión de Ucrania, suspendió el miércoles por seis meses la venta de divisas extranjeras y anunció una tregua para dejar salir a civiles de las ciudades bombardeadas, sin aflojar la presión militar.

Polonia, un país de la OTAN, se dijo por su lado lista para colocar sus aviones Mig-29 a la disposición de Estados Unidos, abriendo paso a un posible esquema para poner esos aparatos a disposición de la Fuerza Aérea ucraniana.

Las sanciones escalaron el martes a un nuevo peldaño, cuando el presidente Joe Biden decretó un embargo sobre la importación estadounidense de petróleo y gas rusos, con la intención de “asestar otro duro golpe” al presidente ruso Vladimir Putin.

Reino Unido indicó que también cesará de importar petróleo y derivados petrolíferos rusos a fines de 2022.

La invasión ordenada por Putin el 24 de febrero ha empujado hacia países vecinos a más de dos millones de ucranianos, de los 37 millones que tenía el país antes del conflicto (sin contar las zonas separatistas del este) y ha generado millones de desplazados internos.

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Civiles huyen de las bombas de Rusia 

Rusia anunció una nueva tregua humanitaria para la evacuación de civiles en Ucrania por “corredores humanitarios”, a partir de las 07H00 GMT (09H00 local) de este miércoles.

Dos convoyes de decenas de autocares salieron de Sumy, a unos 350 km al noreste de Kiev, donde los bombardeos habían dejado el lunes al menos 21 muertos.

Las evacuaciones continuaron también en la región de Kiev, capital ucraniana. En Bucha (norte) y Mariúpol (sur), los civiles seguían en cambio bloqueados.

En Mikolaiev, cerca de Odesa (sur), los coches formaron filas de varios kilómetros para huir de los combates que se acercaban, constató una periodista de la AFP. 

Delante del hospital central de la ciudad, Sabrina, de 18 años, esperaba a su madre, cargada con un gato, un perro y varias bolsas. “Vamos a irnos lo más rápidamente posible. Todos los días hay bombardeos, es aterrador”, dijo.

El último balance de Naciones Unidas cifra en 406 el número de civiles fallecidos por la invasión, aunque ese número es seguramente muy inferior al real.

Con información de AFP.