La Asociación de Bancos de México (ABM) descartó la extensión del programa de diferimiento de pagos, ante las pérdidas de capital de las entidades bancarias por los apoyos solicitados para enfrentar la pandemia de COVID-19.
El presidente de la ABM y Banco Azteca, Luis Niño de Rivera adelantó en una videoconferencia que el programa ya no se extenderá, así que partir de agosto los afiliados deberán pagar las mensualidades con los respectivos intereses extraordinarios.
“Ampliar el diferimiento no lo vemos como una ayuda sustantiva, ya en los cuatro a seis meses que los hemos diferido creemos que ha sido un apoyo muy relevante porque estamos hablando de un billón de pesos de capital y 64,000 millones de pesos en intereses”, señaló.
El vicepresidente de la ABM, Julio Carranza, indicó que la banca ya prepara un nuevo programa para apoyar a los usuarios, que serán presentadas en los próximos días. Este programa atenderá necesidades más específicas de empresas y particulares, explicó.
“Los bancos tenemos la capacidad de seguir apoyando, pero necesitamos tener reservas”, señaló.
Al cierre de junio se registraron nueve millones de afiliados que han solicitado apoyo de los bancos mediante el diferimiento de pagos.
Del total de créditos que ingresaron al programa, 3.3 millones corresponden a mipymes y personas físicas con actividad empresarial; otros 3.3 millones a tarjetas de crédito; 2.1 millones a créditos no revolventes; 322,000 a hipotecas; 22,000 a seguros de automóvil y 37,000 a créditos a grandes empresas, que representan un billón de pesos.
En total, uno de cada cuatro créditos ingresaron al programa, explicó Niño de Rivera, lo que representa 64,000 millones de pesos que los bancos dejarán de ingresar por intereses diferidos.
El programa se implementó en marzo y consiste en el diferimiento total o parcial de pagos hasta por seis meses.
Reforma al SAR, una buena idea
El líder de los banqueros indicó que la iniciativa de reforma al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) presentada el miércoles en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López es una buena idea.
Sin embargo, Niño de Rivera estima que la reestructuración al sistema de pensiones, como la plantea el gobierno federal, puede durar hasta 11 años.
“Será un incremento porque esa aportación es por cuenta de los empresarios y será paulatino, y por lo tanto, será prolongado por más de una década”, advirtió.
El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, detalló que, con la reforma, el monto que reciban los pensionados aumentará en 40%, apoyado en el incremento de las aportaciones de los patrones.
La iniciativa fue calificada como “necesaria para evitar una crisis de pensiones” por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), encabezada por Carlos Salaza Lomelín, quien formó parte del cabildeo para lograr la aprobación de la iniciativa por parte del sector privado.