La confianza empresarial en México continuó su mala racha en julio pasado, cuya mayor desconfianza se centra en la situación económica presente del país.
De los sectores económicos más importantes del territorio nacional, ninguno presentó optimismo por parte de la Iniciativa Privada (IP), siendo el rubro de servicios el más pesimista.
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De acuerdo con datos desestacionalizados de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE), el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) general disminuyó 1.12 puntos mensuales en el séptimo mes del 2022, que significó la tercera caída al hilo.
Al igual que los consumidores, los precios de la producción de las actividades económicas presentan una tendencia de aceleración, situación que encarece los procesos productivos finales.
Escenario desalentador
La IP mexicana centra su preocupación en el contexto económico actual del país y de sus respectivas empresas.
Con el dato oportuno del segundo trimestre del 2022, de un incremento de 2.1% anual del PIB, se observa que el crecimiento del primer semestre del año ascendió a 2.0%.
Esta variación de la actividad económica del país se ubica por debajo de la meta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (coincide con la proyección del FMI), de 2.4% como promedio.
En tanto, para controlar los elevados niveles inflacionarios, los mayores en dos décadas, el Banco de México decidió ubicar la tasa de interés objetivo en 7.75%, un incremento de 75 puntos base, el alza más alta registrada.
Mientras del lado del productor, el índice de precios reportó en junio del 2022 un crecimiento de anual de 10.52%, que representó la tasa más elevada desde marzo del 2017, cuando se ubicó en 10.67%, es decir, en más de un lustro.
La presión que viven los productores del país nace de la invasión rusa en Ucrania, que encareció el petróleo, granos, fertilizantes, insumos para la construcción y otras materias primas.
La confianza empresarial abundó en los primeros meses del año en curso, pero se desvaneció a partir de mayo (periodo en el que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentó su plan para combatir la inflación) y continuó en julio.
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Rama manufacturera, a la baja
Los sectores económicos que considera el ICE son manufactura, construcción, comercio y servicios.
El más importante por su peso en la economía mexicana es la industria manufacturera, que mostró un retroceso mensual en julio, de 0.54 puntos, el tercero de forma consecutiva.
Este pesimismo manufacturero se depositó principalmente en la desconfianza del empresariado en el momento adecuado para invertir, con una baja de 2.14 puntos.
Otra caída importante se dio en el indicador sobre la situación económica presente del país (0.59 puntos), demostrando, ambos resultados, que hay incertidumbre sobre el rumbo que está tomando México.
Servicios presenta la mayor caída
El desplome sectorial más pronunciado del ICE en julio pasado fue en servicios privados no financieros, con una diferencia mensual de 1.71 puntos, caída que se originó porque todos sus indicadores descendieron.
La mayor desconfianza de los empresarios dedicados a este sector correspondió tanto en la situación económica presente del país (disminuyó 3.04 puntos) como en el momento adecuado para invertir (1.97).
Por último, el ICE del comercio bajó 0.69 puntos mensuales y el de la construcción lo hizo en 0.40 puntos; este último, pese a las grandes obras federales como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya o el Corredor Transístmico, lleva cinco meses seguidos con contracciones.