Las diferencias de Estados Unidos con México y Canadá sobre las reglas de origen relativas al envío de automóviles pueden frenar las inversiones, lo que daría pie a una mayor percepción de riesgo sobre México, en caso de que no se logre una solución.
De acuerdo con un reporte de Bloomberg, el desacuerdo radica en la forma de calcular el porcentaje de un vehículo que proviene colectivamente de los tres países bajo el T-MEC, que entró en vigor hace un año y que establece que las nuevas reglas de origen están diseñadas para una implementación gradual a lo largo de tres años.
Esto podría cambiar hasta planes de inversión que tienen en México las grandes automotrices porque es más complicado cumplir con una regla de origen, entonces a lo mejor les convendría ir a otro lado
comentó James Salazar, subdirector de análisis económico de CI Banco
El medio neoyorquino, citando a personas familiarizadas con el asunto, indicó que Estados Unidos insiste en una forma más estricta de lo que México y Canadá creen haber acordado para el recuento del origen de ciertas partes fundamentales como motores, transmisiones y sistemas de dirección, en el cálculo general.
Eso dificultaría que las plantas en México y Canadá cumplan con el nuevo umbral del 75% de contenido regional, superior al 62.5% que se establecía en el TLCAN, para poder comerciar bajo un formato libre de impuestos.
Por ejemplo, si una parte central usa 75% de contenido regional y, por lo tanto, califica bajo este requisito, México y Canadá argumentan que el T-MEC les permite redondear la cifra al 100%, para efectos de un cálculo más amplio del contenido regional general de un automóvil.
No obstante, Estados Unidos argumenta que el 75% es el porcentaje que se debe usar en el cálculo más amplio, lo que dificulta alcanzar el umbral general libre de impuestos, según las fuentes anónimas consultadas por Bloomberg.
Salazar subrayó que el choque puede repercutir en la percepción de riesgo del país, ya que parte de la recuperación económica de México depende de la relación comercial establecida con Estados Unidos y Canadá a través del T-MEC.
El sector automotriz fue afectado desde el año pasado por la irrupción de la pandemia de COVID-19, sin embargo, su recuperación ha impulsado a la industria manufacturera nacional.
Tan solo el mes pasado, la producción de autos creció 5.52% anual, además de que se enviaron 234,394 unidades al extranjero, por encima de las 198,084 exportadas hace un año, según cifras del Inegi.
El requerimiento de la administración del presidente Joe Biden tomó por sorpresa al gobierno de México, que creía que el tema se había resuelto en conversaciones con el gabinete del expresidente Donald Trump entre 2018 y 2019.
La secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, viajará a Washington esta semana para abordar el tema con la representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, y así evitar demandas y paneles de disputa.
Impacta al tipo de cambio
Las discrepancias con Estados Unidos ya causaron un impacto moderado en el tipo de cambio, aunque otros factores como la propagación de la variante delta del COVID-19 y las perspectivas sobre los próximos movimientos de los bancos centrales tienen más peso.
El mercado está poniendo mayor atención a la rápida propagación de la cepa delta, lo que ha incrementado de manera importante la aversión al riesgo. Sin embargo, este desacuerdo es un riesgo para la economía y la divisa mexicana
dijo Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex
Para Salazar, si el tema escala la moneda mexicana puede tener una depreciación de entre 20 y 30 centavos en el corto plazo, aunque coincide en que por el momento no es uno de los factores con mayor impacto en el desempeño del tipo de cambio, y prevé que las tres partes puedan llegar a un acuerdo.
Con información de Mario Gámez